[Privado Skylar] This is some common sense

Con el amanecer varios cambios se acercaban, el coro de las pequeñas criaturas nocturnas se retiraron dando paso a las aves diurnas que la cima de los árboles cantaban con ánimo en todo el bosque, el  frío de la noche de manera leve se reducía y la claridad se hacía presente, quien dormía tranquilamente recostando su espalda y cabeza contra un gran árbol aun no notaba alguno de los cambios debido a que el mismo árbol le proporcionaba gran cantidad de sombra. Con una brisa matutina refrescante la fuerza con que los párpados se mantenían cerrados aumentó de manera ligera antes de que se abrieran permitiendo que la claridad penetrara en los ojos del joven.

Un leve bostezo intentó escapar pero este era ahogado con la mano de su mano, poco a poco su cuerpo y conciencia lograban de despertar por completo, un nuevo día había llegado finalmente siendo este el tercero para quien se hacía llamar Klaus aunque desconocía completamente si este nombre le pertenecía o no, por los momentos debido a la falta de interés en el asunto lo tomaría como propio. Se levantaba completamente con un cierto dolor en su garganta, ignorando de este por los momentos su camino un sendero de los muchos que al parecer se encontraban en el bosque fue que él notaba la debilidad que presentaba su cuerpo.

Al final cerca de un riachuelo detuvo sus pasos, un escalofrío acompañaba la debilidad presente en su cuerpo, el agua frente a él se veía muy refrescante por lo que con sus dos manos tomó un poco como pudo dejando su cuerpo agotado frente a este para tomar con un poco de agua con mayor facilidad. Klaus sentía un poco mejor al tomar agua, pero su malestar no desaparecía del todo y la duda de que ocurría se hacía presente, al final los dos días pasados se encontraba en una gran condición si era comparada con la actual.

La debilidad que su cuerpo presentaba lo haría llegar muy lejos, él era consciente de su límite y además que los escalofríos que recorrían su cuerpo eran una nueva experiencia para él, muy lejos de ser de su agrado. Su rostro mostraba cierta lejanía puesto perdido en sus pensamiento mientras tomaba algo de aire Klaus intentaba pensar en lo que ocurría con su cuerpo. – Bien, mejor lo dejo o me dolerá la cabeza – Vociferó con una voz tranquila y una expresión que reflejaba cierta indiferencia hacia la situación

- Suaves rayos de sol lo tocaron, cubriendo su blanca piel con su calor. Poco a poco sus ojos se abrieron, preparándose para dar la bienvenida a un nuevo y hermoso día.
A lo lejos, escuchaba a las aves cantar, los animales jugar y las flores crecer. Sus compañeras hadas ya habían comenzado su jornada. Aunque no era la época de primavera, siempre había algo que hacer para las hadas encargadas de toda la vegetación.
Para él siempre fue diferente. Las hadas mayores le habían designado la exploración, luego de un tiempo comprendieron que no se mantendría en un solo lugar como las otras. Después de todo, Skylar hacía su trabajo, solo que en lugares donde otras hadas no deseaban ir.
Dejando de divagar, estiro su cuerpo cual felino. Debía irse rápido si es que no quería que le asignaran una niñera. Adoraba a sus líderes, pero detestaba que dejaran a otro  ser y este le impidiera hacer las cosas que amaba realizar.
Con pasos silenciosos, camino hasta la salida de su hogar. Miró de un lado a otro, y repitió el proceso, necesitaba estar seguro.
Decidió que aquel día avanzaría por los bosques a pie, si utilizaba sus alas, le sería más fácil a sus compañeras el poder encontrarlo. Recorrió de manera sigilosa y con casi obsesivo el pueblo que alojaba las hadas, moviéndose entre las casas, evitando como fuera a sus compañeras de labor. Ciertamente, para él era completamente extraño ser el único hombre entre tantas féminas, era único, siempre se lo repetían.
Sacudió su cabeza, alejando su mente de aquellos pensamientos.
Recorrió los verdes páramos, la suavidad de la fresca vegetación rociada con una pequeña capa de agua, se sentía delicioso en sus pies.
Dejó que el aire se adentrara en sus pulmones, amaba esto, amaba la naturaleza en todas sus formas, esto le animaba a explorar aquel asombroso mundo y quizá, solo quizá, los otros mundos.
De golpe, algo lo saco de su divagación. Escuchó un leve sonido, un… ¿Bostezo? Camino un poco más, observando a su alrededor, buscando cualquier detalle, cualquier signo que le mostrara de donde o de quien provenía ese ruido. Un leve movimiento llamó su atención. Alguien se desplazaba de manera lenta y torpe a través de los campos, parecía debilitado o enfermo.
Paso a paso, siguió las huellas de ese extraño hombre. Tenía conocimiento de que el otro ser era un hombre, este era muy diferente a las hadas de la hondonada, en cierta forma, se parecía a Skylar. Los característicos ecos del riachuelo inundaron sus oídos. Contemplo el accionar del sujeto, oculto detrás del gran árbol que crecía rebosante a un lado, escuchando por primera vez su voz, a causa de estas palabras llenó su corazón de valor, atreviéndose a cuestionar con su suave voz. - Señor... ¿Esta...Esta usted bien?  

Su cuerpo temblaba por el frio que sentía, desde la noche recordó que había hecho gran frío y no tuvo más remedio que intentar aguantar de este debido a lo agotador del día de ayer no pudo emplear fuerzas que no le quedaban al atardecer en buscar un lugar o refugio para no dormir en la intemperie. Al final sus pensamientos sobre el frío de la noche anterior tal vez si tuviera gran relación con lo que sucedió esta mañana con él, el frío que sentía además de la debilidad en su cuerpo. Klaus permanecía sentado en la orilla ya que no encontraba en que pensar con facilidad logró captar de una voz, fue suave y le resultó algo frágil casi femenina.

Con cuidado se colocaba de pie, no intento verse fuerte ya que no lo estaba pero tampoco deseaba dar a mostrar una imagen débil, por lo que intento verse lo más normal posible. – No lo sé… – Comentó observando a dirección de donde provenía esa voz, pero no observó a nadie, solo árboles. ¿De dónde provino esa voz? Se preguntó mientras por unos segundos recordó la sonrisa de la primera persona con la que se encontró en el bosque, una joven de voz suave y frágil también.

Klaus dejaba escapar un estornudo rápido, sorprendiendo de lo que había ocurrir su expresión que usualmente mostraba tranquilidad y serenidad ahora se observaba como una completamente diferente, sus ojos se abría un poco más de lo que era usual reflejando el sentimiento de sorpresa, de misma forma su boca permanecía abierta pero esta era ocultada con las dos palmas de su mano.

- Al escuchar sus palabras, asomo su cabeza desde detrás del árbol, para poder mirar mejor al sujeto junto al río, aunque sus manos las mantuvo apoyadas en la áspera corteza del roble, solo por seguridad, esto lo ayudaría a huir con rapidez si esa persona le atacaba. - ¿No lo… No lo sabe?-Preguntó, totalmente confundido por las palabras ajenas ¿Cómo no iba a saber cómo se sentía? Era simplemente extraño.

Ahora que podía observarlo detenidamente. Algunos detalles de esta persona eran diferentes a él. Este chico no tenía alas, tampoco se parecía a alguna otra hada que hubiese visto en los terrenos de Nunca Jamás ¿Sería un pirata, acaso? De tan solo pensarlo Skylar tembló, pero de inmediato se obligó a calmarse, por un lado, no quería verse débil ante este extraño, y segundo, los piratas no se atrevían a adentrarse en la tierra de las hadas, conocían los riesgos de estas acciones, por lo que no se atrevían a adentrase a sus tierras que eran gobernadas por ellas. - ¿Quién eres tú? - Trató de sonar lo más valiente que pudo al realizar esta pregunta, moviendo un poco más su cuerpo, mostrando al desconocido la mitad de este, decidió, que por ahora, no se acercaría a él. -

Era difícil saber cuándo se estaba bien o mal sin tener gran base, este era su tercer día despierto y sin ningún recuerdo de su pasado e identidad además que los dos días anteriores había estado lleno de experiencias intensas que eran difícil de asimilar para el joven perdido, con solo esos ejemplos de días, ¿Cómo podía saber que si está bien o mal? Si en más de una ocasión su vida corrió gran peligro y su cuerpo sufrió de gran agotamiento físico, con solo eso para comparar él podía comentar que se sentía algo bien, pero algo en su interior lo hacía dudar de su respuesta.

Su cuerpo temblaba por el frío interno que en todo su cuerpo se encontraba, sus brazos lo rodearon un poco cubriendo su delgado y masculino pecho. Tenía el deseo interno de temblar por el escalofrío en su cuerpo pero aun así lo reprimía. – No lo sé… no sé quien soy… no sé qué hago aquí… –   Su confesión fue hecha mientras sus ojos se entre cerraban, sus piernas comenzaban a temblar ya sin poder controlar eso. – Creo que no estoy bien… –   Fueron sus últimas palabras dichas mientras su rostro descendía y al final su cuerpo se desplomaba así como su conciencia.

~ Aun inconsciente ~
Nuevamente al abrir sus ojos Klaus se encontraba rodeado de oscuridad, sólo era visible su cuerpo pero nada más. La oscuridad le resultaba tan fría que sentía sus huesos congelarse… sin duda una experiencia irreal. ¿Acaso podía ser eso real? Se sentía real, su cuerpo temblaba y la oscuridad lo sofocaba…

-Estaba atento a cada sutil movimiento ajeno, debía detectar cualquier indicio de ataque de parte del extraño, para poder huir sin resultar dañado. Un poco de esa actitud reacia escapo de su cuerpo al ver que el sujeto junto al río temblaba demasiado, parecía débil, sin energía, no pareciese que pudiera hacer daño alguno.

¿Debería ayudarlo? Skylar sabía la respuesta antes de finalizar aquella pregunta. No podía dejar a ese extraño ser enfermo junto al río. Simplemente no era algo que podría hacer. La decisión fue tomada por él cuando el chico se desplomo junto al río. Voló rápido hasta donde este se encontraba, inmediatamente poso su mano sobre la mojada frente ajena, debía comprobar como estaba. - Esta frío…- Murmuro, bastante preocupado por la condición de ese hombre.

Si bien Skylar poseía poca fuerza, hizo todo lo que estuvo en su poder para poder, por lo menos arrastrar al otro hasta el gran roble cubria al par con su sombra y que hasta hace tan poco había sido su escondite. - ¿Qué hago ahora...? – Se preguntaba, al pequeño chico nunca le había tocado cuidar al alguien enfermo, eso lo hacían siempre los mayores.
Reviso sus opciones. No podía llevarlo a la aldea, era demasiado pesado y las hadas mayores se volverían locas al ver un extraño. No podía sacarlo de la isla, para buscar donde vivía, como ya dijo, simplemente no podría llevarlo. Como una estrella fugaz una idea surco su mente. - Quédate allí. -Le hablo a la persona en las hierbas, aunque realmente no podía escucharlo. Voló lo más rápido que pudo hasta la aldea más cercana, la que estaba en el bosque del verano. Algunas amables hadas le dieron todas las cosas que necesitaba para ayudarlo, unas mantas y algunas hierbas que podían ser de ayuda. Al cabo de unos minutos volvió a donde estaba el extraño ser cargando las cosas, esperando a que este aún estuviese allí.-

Sus ojos abrieron nuevamente de manera temerosa, un sudor frio recorría su frente y luego caía hacia el dorso de su mano, Klaus observaba a los alrededores con la respiración agitada como recién despertado de una pesadilla ¿Era una pesadilla? Él sentía como la oscuridad lo rodeaba, lo devoraba y así lo sofocaba todo tan lentamente, pero ahora se encontraba completamente solo mientras su espalda se encontraba recostada contra un gran roble el cual le daba una agradable sombra, Klaus no recordaba (¿algo raro acaso?) como había llegado hasta ese punto, sus ultimo recuerdos eran que el mantenían o intentaba de mantener una conversación con alguien pero luego todo se volvió oscuro.

Pero ahora se encontraba completamente solo, aun así primero se limpio con la palma de la mana lo que pudo de ese sudor frio y luego prosiguió por levantarse, sus pensamientos estaban centrados en que desconocía el tiempo que permaneció dormido y eso era un problema, ya que debía de buscar algo de comida mientras evitaba ser comido y un refugio por la noche, su cuerpo no soportaría otra noche en la fría intemperie… su cuerpo…

Klaus recordaba que su cuerpo no se encontraba bien… cuando su mirada se poso hacia abajo observo sus piernas temblar y como si esperara el momento indicado un dolor invadió todos sus huesos… cof cof… varias veces tocia el muchacho antes de volver caer al suelo y terminar sentado. Un suspiro largo escapaba de su interior lleno de desilusión y desanimo completamente, su rostro que es inmutable en esa expresión serena ahora mostraba de una expresión triste. – Realmente no comprendo nada… - Comento antes de dejar escapar otro suspiro y comenzar a volver intentar colocarse de pie mientras la determinación era de lo que se observaba ahora en su rostro, Klaus no buscaba respuesta a tantas preguntas que tenían en su mente, pero eso no significa que se dejaría abandonar, el estaba solo y debía cuidarse de sí mismo.

¡No se mueva! -Exclamó, exaltado al ver aquel sujeto tratando de ponerse de pie. Lo empujó, intentando con todas sus fuerzas que el chico volviese a acomodarse bajo el gran roble. Tomó la manta que había conseguido de manos de aquellas amables hadas, y lo cubrió, esto debería ayudar por ahora.- Esta enfermo, no puede levantarse... -Le dijo con suavidad, necesitaba que el otro entendiese que no debía moverse.- Yo puedo ayudarlo.- Continuo, dejando de volar, para apoyar sus pies en el suelo, pero manteniendo su vista fija en el débil individuo frente a él, después de todo debía cuidarse también, ya que no sabía nada de este extraño.

Se sentó en la hierba para poder estar más cómodo y realizar bien su trabajo. Pocos lo sabían, pero Skylar era un versado herborista, dedico mucho tiempo de su corta vida a aprender las propiedades medicinales que tenían las diferentes hierbas y flores, utilizaría sus conocimientos para ayudar al extraño. Saco de su bolso un pocillo de greda, tomando varias de las hierbas obtenidas, comenzando a molerlas con un mortero, tratando con cuidado de exprimir los jugos de estas, que contenían sus propiedades.- Esto le va a servir para ayudarlo con su enfermedad... Por cierto, soy Skylar ¿Cómo se llama?

De manera automática como inconsciente su cuerpo terminó cediendo ante la orden dada, la compresión de Klaus quien no se encuentra en su mejor momento no comprendía la razón de las acciones del desconocido, en silencio total por su parte sin miedo ni preocupación existe en su corazón permitía el paso a que su débil cuerpo fuera manipulado a gusto ajeno – ¿Me encuentro enfermo? – De su mente escapó dicha pregunta mientras recostado al roble se volvía a encontrar salvo que esta vez su cuerpo sentía algo de calidez debido a la manta que el joven le había colocando encima.

Su visión en momentos se posaba sobre el par de brillantes alas que el contrario poseía, en su interior aunque el exterior refleja calma cierta sorpresa existía dentro, no por el hecho de que poseyera un par de alas en su espalda quien lo ayuda, eso hecho le parecía irrelevante, lo que su atención llamaba era lo brillantes que eran, el recuerdo de la noche pasada donde un par de alas brillantes hacía presencia en su mente por un momento, pero una vez ambos se encontraban sentados en la hierba su mente también pisaba firme, ciertas preguntas estaban formuladas en su mente mas algo su intuición le comenta que tal vez no era el momento para preguntas.

Con atención en las cuidadosas acciones del contrario, se preguntaba qué era lo que hacía, así como quién era él exactamente– Mi nombre… – Lo que deseaba saber Skylar también es algo que el mismo se preguntaba, pero aun así buscando los ojos ajenos respondió. – Puedes llamarme, Klaus. Yo me disculpo por causarte problemas Skylar, no puedo recordar donde estoy exactamente ni como llegue a este lugar. –

-En ningún momento dejo de remover la mezcla que estaba produciendo, de hecho, agrego un par de hierbas más, que ciertamente harían mucho más efectivo aquel brebaje. - ¿No se ha dado cuenta? Su cabeza arde...-Comento lo más suave que pudo, lo menos que deseaba en ese momento era molestar al hombre, eso solo haría que se enfermase aún más, lo cual en estas circunstancias podría llegar a ser peligroso. - Y se desmayo cuando lo encontré... Eso no es bueno.- Continuo con suavidad. Elevo su rostro, necesitaba ver si seguía consiente, para su sorpresa se encontró con el otro observándole, eso provocó que se sintiera un poco tímido, no era costumbre para él que lo observaran tanto.- Es un gusto conocerlo, señor Klaus ¿No recuerda nada? ¿Ni como llegó al bosque de la primavera? .- Preguntó, confundido otra vez, toda esa situación era bastante rara para Skylar, porque no conocía ninguna hada que sufriera de algo así.-

Por fin logró crear las mezcla precisa que necesitaba para ayudar al forastero, solo necesitaba un solo ingrediente más y podría entregarle la poción hecha de manera correcta, y por suerte tenían la sustancia restante a su lado: El agua.

Se levanto y voló hasta el arroyo, depositando un poco de agua dentro del recipiente, lo suficiente para poder crear una mezcla más líquida. Levito de vuelta hacia el hombre, esta vez con mucho cuidado, no deseaba que el brebaje se derramara, el chico enfermo necesitaba cada gota de el.  Se acomodo de nuevo a un lado del desconocido, procedió a revolver un poco, solo un poco el batido, y luego lo extendió al otro, para que lo tomara.- Toma, bebe, te hará sentir mucho mejor, lo prometo.

Notando que visión comenzaba a fallarle poco a poco debido a que lo que se encontrara delante del se volvía mas borroso con el paso del tiempo, ya que de un momento a otro las finas manos ajenas que trabajaban se hacían poco a poco mas borrosas, la nítida se perdía hasta que no era más que manchas de colores en constante movimiento, así mismo la pesadez de sus ojos tampoco era normal. Ya con eso ahora en su interior comenzaba a preocuparse algo por lo ocurrido, aunque ahora no sentía tanto frío como antes, todo gracias a la manta que está usando ¿manta? Si, la manta que la persona delante de él había traído y se la había colocado, por esa razón ahora sentía menos frío.

Eso lo ayudaba, era agradable la sensación cálida, debía recordar después agradecer pero ahora la pesadez de sus ojos le ganaba. Negó lentamente con su cabeza ya que su nombre fue pronunciado y pudo escuchar gracias a eso las preguntas que le realizaban, pero negó casi de manera automática, no tuvo mucho tiempo para pensar. – Tengo algo de sueño… – Susurro de realmente despacio su pensar mientras poco a pocos se volvía quedar dormido nuevamente.

Su espalda terminaba recostada contra el tronco del árbol, mientras su rostro permanecía caído lo que no permitía bien visualizar sus ojos cerrados y un leve respiro era pero por su boca con la que hacía un sonido muy pequeño cada cierto tiempo que respiraba.