Recuerdos vagos || Abierto ||

Ya llevaba muchos días despierta en aquellas tierras, había ya recorrido la mayoría de esos hermosos paisajes pudiendo notar las miles de criaturas mágicas que había en ese mundo. Nealie estaba fascinada con los colores, los aromas y la tranquilidad que se podía sentir en ese lugar; eso sí, aun o sabía dónde se encontraba.

Esa tarde se encontraba lejos de donde su cuerpo fue despertado y estaban los demás de su familia o clan. Estaba en lo profundo del bosque revisado las diferentes especias que habían de hierbas, de segura alguna le servía para hacer algunas pociones, así comenzar a realizar sus dotes. A lo lejos divisó un gran árbol, se notaba que era uno de los más viejos del bosque, a sus pies diferentes tipos de hierbas y hongos, lo perfecto para ella, además de aquel fango preciso para poder realizar las diferentes pastas. Se acercó corriendo a éste, quedando de rodillas al suelo sin importar manchar las únicas prendas que tenía consigo. Como una pequeña niña a pesar de su apariencia comenzó a sacar con cuidado algunas de las plantas que conocía por su aprendizaje, siempre con mucho cuidado y pidiendo permiso en cada arranque; respetaba la naturaleza.

Tomó lo que pudo y con cariño comenzó a romper las hierbas en una roca cerca del árbol, agregando alfo de fango y arcilla a los pies de las raíces de aquel gran amigo. Con la ayuda de otra piedra iba machacando sintiendo esos aromas fluir, mientras más trabajaba iba ahora recitado versos antiguos de aquellos conjuros, dejando fluir su energía en aquella preparación.

Estaba perdido, eso era un hecho. No sabía cómo había llegado allí, eso era otro hecho. Había atravesado un portal por accidente. Tres hechos continuos e inequívocos que lo llevaban a mismo resultado, debía investigar, no podía desaprovechar la oportunidad de encontrarse en un terreno completamente nuevo y absorber del ambiente tanto conocimiento como le fuera posible, sobre todo porque se encontraba en un espacio tan en extremo diferente a su hogar, era como si el tiempo se hubiese detenido por siempre en ese bosque, las hojas de los árboles aún eran orgánicas y estaban lejos de ser piedras preciosas como aquellas en Ciudad Esmeralda.

Cada aroma, cada pequeño detalle era como un milagro y a pesar de ello aún no lograba encontrarse con otro ser vivo que tuviera la capacidad de entablar una conversación para poder consultar un par o un millar de dudas que rondaban por su cabeza. estaba perdiendo la esperanza y pensando seriamente en construir algo lo suficientemente seguro como para pasar la noche sin temer, pero a lo lejos escuchó un ruido divertido, algo así como un canto, una poesía. Roman amaba profundamente las poesías, sobre todo porque su creador solía leerle hasta que lograba memorizar sus palabras. Sus pies se movieron como por instinto y avanzó entre los árboles hasta llegar cerca de la dueña de esa voz, de esa poesía.

La miró con detenimiento y sin ninguna expresión en particular y entonces recordó el código de los Steam de Ciudad Esmeralda, se paró derecho y sonrió.- Mi nombre es Roman Valerius, soy un steam de la Ciudad Esmeralda, puede que mi exterior se vea como el de un humano, pero no soy más que una máquina que posee una inteligencia artificial, no he venido a atacar, simplemente a... -Su habla era algo robotizada, sobre todo porque repetía aquellas palabras que eran una obligación, después de todo el Mago de Oz les había permitido existir sólo con la condición de entregar su identidad de inmediato, aún así con aquellas últimas palabras su voz se volvió mucho más humana, infantil casi.- ...escuchar la poesía, no conozco ese idioma y me pareció algo hermoso. -Dijo mientras su mirada se quedaba prendada de las manos de aquella mujer ¿Qué estaría haciendo?

“Extraño y desconocidos son los caminos del señor” hizo resonar Dantalión en las mentes de los jóvenes, mientras se disponía a salir desde la sombra que proyectaba el joven autómata. Poco a poco se fue acercando a sus acompañantes.

- Pero que hermoso aroma a Fango y Especies, definitivamente una excelente elección, no?

Dijo con voz satírica el demonio mientras miraba sus caras, era un tanto chistoso para el la verdad, ya que Dant no estaba precisamente ahí para ofrecerles ayuda, y menos para matarlos, solo necesitaba divertirse un poco y bueno… todos saben que la palabra diversión para un demonio no siempre habla del mismo tipo de diversión que los demás.

- Me presento, Mi nombre es Dantalión, quizás lo hayas escuchado o no, la verdad no es de importancia… al igual que el chico aquí presente soy un Steam…

dijo esto tratando de imitar al joven, pero luego soltó una carcajada

- no, claramente no soy un Steam, y ni siquiera se lo que es eso, soy un demonio, un hijo de las sombras, catalizador del mal, amante de la destrucción y blah, blah blah… la verdad estoy aburrido y vine a dar un par de vueltas al bosque, me di cuenta que se encontraban ustedes y no dudé en venir a jugar, ¿qué dicen?

Dijo con voz burlona el demonio mientras daba una palmada en la espalda, la verdad no le interesaba mucho la respuesta de los jóvenes, ya que fuera cual fuera, él terminaría divirtiéndose igual

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