Ajin.

Ajin

¿Si eres un producto defectuoso, mueres?

Si bien los demonios nacieron de la oscuridad, cuando decidieron ocultarse en los humanos fue porque los rincones de la mente eran aún más densos que su propia naturaleza.

Los humanos suelen dejarse llevar por sus instintos. Gracias a ellos sobreviven, gracias a ellos se perpetúan. Pero no sólo los tienen constructivos, de hecho los destructivos son infinitamente más poderosos. La ley del más fuerte exige que acabes con el más débil. La religión fue la que creó los conceptos morales, y con ellos las emociones nacieron para acercarnos al ‘cielo’ y facilitar una convivencia entre humanos.

A causa de la forzosa amabilidad, los instintos negativos comenzaron a reprimirse, condensándose en energía que no tenía un fluir natural por el cuerpo. Este exceso enfermó a las personas o las obligó a buscar escapes en que pudieran sublimarlos de alguna manera. Esta fue la puerta que los demonios usaron para entrar, pero por lógica, toda puerta se puede cruzar en ambas direcciones.

Algunos humanos se volvieron seres tan llenos de dolor psíquico que la muerte dejó de afectarlos, adoptando la capacidad de resucitar cada vez que fallecían. No había forma de saber que el cambio había sucedido hasta que la fatalidad ocurría. Entonces toda esa energía oscura se encargaba de renovar el cuerpo quitándole en cada muerte un poco de humanidad.

Los Ajin son humanos  que tienen la capacidad de materializar sus instintos oscuros, volviéndolos seres físicos, aunque inestables e invisibles para todos, menos para los de su misma raza. Así como los demonios integran su energía al poseer un cuerpo, los Ajin proyectan la suya disociándola del contenedor.  Como el fantasma negro está hecho de una materia que desafía las leyes físicas, es muy inestable, por lo que cada aparición puede durar sólo unos minutos antes de desvanecerse. Gracias a esto también poseen capacidades sobrehumanas, como fuerza desmedida, velocidad y no están sujetos a la gravedad.No tienen mente, sólo instintos, por lo que jamás piensan lo que hacen y si hablan sólo repiten frases que han escuchado como una grabadora.

En un principio el ente será una extensión dependiente del contenedor, pero con el tiempo, la cantidad de resurrecciones y la fortaleza de las emociones negativas, podrá volverse un ser independiente, con voluntad distinta a la de su creador. Cuando este proceso finalice, el humano quedará desprovisto de emociones, volviéndose un sociópata. (No necesariamente malo, pero sin empatía).

Datos importantes:
- Se les puede controlar induciendo la inconsciencia.
- Pueden morir si se les decapita. Aunque en realidad lo que sucede es que el cuerpo           regenera una cabeza con una mente en blanco.
- Detienen su envejecimiento al llegar a los 100 años.
- El Ajin es un humano (Su PJ) y el fantasma negro es su NPC


Requisitos para tu ficha:

♠ Narrar tu primera muerte y cómo te diste cuenta de que eras Ajin.

♠ Incluir cuando viste el ‘fantasma negro’ que es la proyección de tus emociones reprimidas.

♠ Pueden tener cualquier edad mientras esté bien justificado

♠ Narrar la fuente de las emociones negativas reprimidas.

♠ Cualquier duda contactad con la administración.

Nota importante: Todo requisito es un parámetro, una guía. No es algo definitivo. Si tienen una idea diferente de lo que es esta raza y quieren desarrollarla, no duden en hacerlo. Sólo respeten el no ser omnipotentes ni repetir el nombre de alguien más, ni la identidad de alguna Quimera (Para comprobar eso, revisen los registros y las fichas de las Quimeras)

Habilidades Ajin

La justicia es un arma. Puede ser utilizada para causar daño, pero no puede proteger o salvar a otros.

El Ajin envejece y puede ser herido, pero al morir resucitan como nuevos. Pueden perder una parte del cuerpo incluso, pero ésta se regenerará por completo si el Ajin pierde la vida dentro de la primera hora de ocurrido. En batalla pueden morir para reducir el daño, pero la resurrección será lo único que podrá narrar de forma automática en ese turno. No tendrá permitido atacar hasta el siguiente.  Si un Ajin no muere, se cura de la misma forma que un humano lo haría, por ende si pierde una parte y no muere, quedará amputado.

Para evitar peleas eternas, está permitido el uso del Reset sólo dos veces por batalla. En temas normales, puede morir cuántas veces quiera.



El Ajin materializa sus emociones negativas en un ser que es como un fantasma negro que es invisible para los que no sean de su propia raza, pero tiene masa, así que afecta el espacio físico. Puede atacar con él dando la orden (verbal o mental) correspondiente, pero a más alto el rango, más independiente se volverá esta criatura, pudiendo desobedecer e incluso ir en contra de su ‘fuente’. En los rangos del 1 al 3 el dado sólo indicará la efectividad del ataque o defensa, pero en rango 4 hacia arriba, si el dado marca de 0 a 3 el ente se resistirá a la orden ya sea fallando (0) o atacando al Ajin que lo materializó (3). Dado en 4 y 5 determinan una orden exitosa.  Los fantasmas pueden pelear entre ellos. Su punto débil es la cabeza. No pueden ser destruidos, pero al ser de una materia muy inestable, sólo duran unos minutos antes de disiparse. Además la lluvia dificulta la conexión entre el Ajin y el fantasma, por lo que en ese clima obedecen a la regla del dado de los rangos altos.




El Ajin profiere un grito que inmoviliza a todos en el rango en que pueda ser oído (50 metros). La parálisis dura 2 turnos: en el primero ocurre y el en segundo, si la tirada fue exitosa, puede atacar a quienes queden inmóviles. Es una voz física, por lo que los medios físicos pueden detenerla (tapones, audífonos o si el objetivo es sordo). Si el dado marca 5, la parálisis de las víctimas es absoluta y no podrán defenderse del ataque mientras estén detenidos.



El Ajin tiene tantos malos sentimientos reprimidos que si desea que algo malo ocurra con suficientes fuerzas, el universo se encargará de que ocurra. Para que funcione deberá explicar ya sea verbalizando o pensando su deseo y según la tirada del dado, en el siguiente turno el afectado deberá narrar la consecuencia. Si desea afectar el entorno sin atacar a nadie en particular, puede hacerlo sin problemas.



Si el Ajin experimenta demasiadas emociones fuertes al momento del reset, éstas se materializarán en varios fantasmas negros que obrarán independientemente durante 1 turno en el que el Ajin no podrá controlarlos. La cantidad de fantasmas será la que el dado indique, de los cuales un tercio efectuará ataques exitosos, el otro tercio fallará y el último podrá defender al Ajin.