We'll have to hurt for now

El miembro 'Caliel [Cheshire]' ha efectuado la acción siguiente: Golpe

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'Golpe' :

Las palabras de la chica hicieron que dentro de la escasez con la cual se podía ver el cuerpo de Julia, alzara una ceja, porque Tiniebla se estaba esperando esa respuesta, aunque lo de parásito la pilló desprevenida. - No soy un parásito, yo soy todo lo que Julia estuvo buscando por mucho tiempo, la oscuridad absoluta. Existo desde mucho antes de que tu amado Dios y padre decidiera expulsarme para crear un mundo nuevo donde yo habitaba. - La rabia era palpable en aquella voz. - Sin mi, Julia estaría muerta. ¡MUERTA! ¿Quién le salvó de aquellos Licántropos cuando el gran Alfa despertó? ¿Quién la protegió de los cazadores cuando la perseguían para volver a capturarla? ¿Quien se mantuvo a su lado cuando la encerraron en aquella jaula? ¿Quién la salvó de los hombres lagarto cuando la envenenaron y casi devoraron? ¿Quién va a salvarla de ti? YO. Tú no eres más que un estorbo, nunca le has servido, la dejas tirada cuando te conviene, vuelves cuando "la necesitas" y mientras tanto ella sufre, ella llora en silencio. Yo solo estoy cumpliendo mi trato, niña estúpida, solo la estoy protegiendo de ti y, de paso, alimentarme con el dolor que conllevará hacerlo. - Habló de manera rápida, sin moverse de su sitio, posando sus serpenteantes ojos en Caliel.


Se quedó observando con una sonrisa como corría hacia el fuego de los felinos, le importaba muy poco lo que dijera, le importaba muy poco lo inmortal que dijera ser, porque aquel ente estaba cegado en una cosa, disfrutar matando a aquella caída. Sin embargo Julia no estaba tan de acuerdo, al principio suspiró cuando vio las sombras moverse pero, un grito de angustia cuando vio que corría hacia el ataque, quiso hacer algo pero Tiniebla le impidió tomar el control.


Decía entre gritos desesperados, porque su Caliel estaba herida, herida por ella, jamás se lo perdonaría, jamás le perdonaría a Tiniebla el que estuviera haciendo aquello. Mientras Caliel hablaba, pero Tiniebla no escuchaba, había perdido el interés por las palabras de aquella mujer, sin embargo, algo cambió cuando de nuevo aquellas imagenes, aquellas palabras volvieron a su cabeza, Julia observó todo con pánico, asustada, aunque la peor parte se la llevó realmente Tiniebla, fue casi instantáneo, tanto los ojos del ente de oscuridad que rodeaba a Julia como ella misma cerraron los ojos, como si quisieran librarse de aquellas imágenes, Tiniebla hundió las rodillas en el suelo y volvió a gritar, de nuevo fueron dos gritos, porque Julia también estaba sufriendo. La oscuridad que conformaba el cuerpo de Tiniebla comenzó a vacilar, a zarandearse y aquel ente de largos brazos se llevó las manos a la "cabeza" mientras seguía gritando, mientras, el cuerpo de la vampiresa, impulsado por ella misma, comenzó a vomitar entre temblorosos espasmos.


Puntos de Vida: 9/30
Habilidad: 31/40
Ronda de Combate: #6

La canción dentro de su mente la hizo sonreír de forma amplia al tiempo que comenzaba a tararearla, había escuchado como del ente salían sonidos buscando ser palabras, pero entre sus pensamientos y su locura ya no quedaba espacio para nada más, su mente estaba al límite, como un suicida parado en el borde del abismo, la diferencia es que Caliel no tenía miedo de saltar, es más deseaba hacerlo, ella y Cheshire tomados de la mano camino a la nada, el único hilo conductor entre Caliel y la realidad era Astaroth que gritaba a todo pulmón intentando ser tomado en cuenta hasta que finalmente logró que la quimera atendiera y observara lo que había provocado.- ¿Ah? -Preguntó mirando el cuerpo de Julia y la forma en la que vomitaba, pero sus ojos no reflejaban nada, ni tristeza, ni amor, no había nada en esos negros globos oculares.- ¿Cómo pudiste Julia? -Murmuró sirviéndose de sus memorias, aunque se encontraran vacías de sentimientos.- Una vez juraste que ibas a protegerme y te creí ¿Cómo puedes permitir que este mendigo parásito me haga daño? ¿Realmente eres demasiado débil como para controlarlo o simplemente querías que esto pasara? -Luego de preguntar eso se tragó el dolor y comenzó a avanzar hasta su oponente.- ¿Quieres que elimine este cuerpo? -Mientras caminaba su piel quemada supuraba pus y pequeños hilos de sangre, finalmente estuvo suficientemente cerca y se arrodilló junto a aquel ente.- No te odio, lo juro por Mephistopheles, pero no te equivoques... -Luego de decir aquello soltó una cachetada en dirección al rostro ajeno.- ...estás muerta para mi, a mi nadie me miente. -Sus palabras eran suaves, amables, un tono casi dulce que acompañaban aquella sentencia.

Ataque:

Puntos de Vida: 22/30
Habilidad: 19/40
Turnos de Esquive: 3/5
Ronda de Combate: #7

El miembro 'Caliel [Cheshire]' ha efectuado la acción siguiente: Golpe

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'Golpe' :

Y seguían, aquellas voces seguían, aquella canción seguía y su cuerpo se revolvía en fuertes arcadas mientras ella en su mente lloraba, mientras Tiniebla agonizaba de dolor también. Pero paró de llorar en cuanto escuchó a Caliel decir su nombre, su cuerpo paró de expulsar la sangre y se concentró con todas sus fuerzas para poder oírla, mientras dejaba escapar jadeos de dolor en una respiración entrecortada. Aquellos ojos amarillentos se posaron en la figura que hablaba, la vampiresa abrió muchos los propios en aquel inmenso mar de oscuridad que era su mente mientras que el ente que la rodeaba observaba desde arriba, calmándose poco a poco, dejando de emitir ruidos de dolor y de sacudirse. Pero Julia escuchaba, miraba desde su mente, de manera intensa a Caliel, con los ojos muy abiertos, asustada, asustada como nunca antes lo había estado.

La cachetada fue lo que menos le dolió realmente, la cachetada fue como un alivio, un dolor que ella sintió dentro de toda aquella masa de oscuridad, dentro de todo aquel dolor que acababa de experimentar con aquellas palabras. "Estás muerta para mi." Su cuerpo se quedó parado, había quedado sentada alejándose así un paso por el impacto que tuvo la cachetada en ella, mientras Tiniebla observaba, el cuerpo de Tiniebla no hacía nada. - Terminemos con esto. - La boca de Julia no se movió y, sin embargo, las palabras brotaron, las palabras de Tiiebla. El cuerpo de Julia estaba en shock, sin embargo, mientras Tiniebla decía eso y alzaba la mano lentamente, apuntando con las garras a Caliel, el cuerpo de Julia reaccionó, moviendo la diestra, hasta alcanzar su boca y dando una fuerte mordida en esta, succionando sangre hasta que su boca se llenó de ella, entonces, justo en el instante en el que Tiniebla se dispuso a lanzar su ataque, con las garras en alto, buscando alcanzar la cabeza de Caliel con estas, pero lo que alcanzó fue el cuerpo de Julia, la espalda de esta, porque había empleado sus últimas fuerzas en moverse rápido e interponerse entre Caliel y Tiniebla, tomando el mentón de Caliel y besándola justo en el mismo instante en el que Tiniebla alcanzó a Julia, obligando a Caliel a tragar aquella sangre. Tiniebla, asombrada, no tuvo tiempo de decir nada, porque el cuerpo de Julia comenzó a absorber la oscuridad, absorber a Tiniebla hasta que no quedó rastro de ella, todo aquello mientras la besaba, mientras le daba el regalo más grande que un vampiro podía darle a alguien, su sangre. Pero lentamente, el agarre se fue aflojando, dejando poco a poco caer sus manos hasta que quedaron colgando en su cuerpo, lo cierto era que veía borroso, veía más que borroso, que su cuerpo estaba entumecido y su mente estaba al límite del colapso también, por ello mismo, con aquel último beso, el cuerpo de Julia se desplomó en el suelo, muy débil y con apenas el mínimo rastro de vida, su mundo se tiñó de negro una vez más y esta vez ella fue la que deseó no despertar nunca, porque había cometido el peor de los crímenes, había defraudado, dañado y hacer que la odiara a la persona que más ha amado en su vida.

Habilidad usada.:

Puntos de Vida: 6/30
Habilidad: 31/40
Ronda de Combate: Fin del combate.

El tiempo parecía haberse detenido mientras Cheshire y Astaroth luchaban por que Caliel los escuchara, pero nada de lo que gritaban tenía sentido y su pecho dolía como si algo estuviese apretando su corazón, pero ¿Cómo? Aquello no era posible, Tumultu había borrado todo lo que Caliel alguna vez había sentido por la vampiresa y entonces ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué no lograba moverse? Su cuerpo había sido herido hasta un punto que nunca antes había conocido, pero ese dolor no se igualaba con el que sentía en su pecho y entonces su cuerpo completo comenzó a tiritar, las sombras se abalanzaron contra ella intentando contenerla y es que su propia mente estaba atacándola, por una parte Cheshire que insistía en que no era necesario que Caliel recordara sus sentimientos por Julia, por otra parte Astaroth, el demonio, intentando detener aquella locura, la desesperación llegó a cerrar sus vías respiratorias y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.


Incluso sin recordar el amor que sentía por ella su alma sabía que la necesitaba y continuaba sin poder respirar, Cheshire no cedía y cuando estaba a punto de perder la consciencia la boca de la vampiresa selló sus labios, los que como si de un niño desesperado por su madre se aferraron con fuerza succionando aquel carmín de vida que la mayor le otorgaba. Cheshire había sido derrotado y poco a poco el aire regresaba, el negro de sus ojos daba paso a aquel avellana tan puro como la luz del sol, la locura se quedaba sin compañía por un baile pues este debía bailarlo sólo con ella, su amada inmortal.

El beso continuó hasta que súbitamente aquel calor le fue arrebatado, las memorias de todos aquellos sentimientos entraron corriendo en la mente de la quimera de la forma más abrumadora posible, todo ese amor, todo ese dolor, todas las noches de no dormir pensando que alguien más la besaba, que alguien más la tocaba, la cobardía de huir por no poder soportar más ver como su amada era sujetada por brazos que no eran los suyos y ese inherente deseo de morir y no poder hacerlo, su maldición, aquella que había sido borrada cuando miró en los ojos de Julia y supo que su amor siempre había sido correspondido.

Y ahora ella se encontraba allí, postrada en una cama de huesos, débil y dañada, sangrante y magullada, pero esta vez no sería igual.- Tranquila amor, ya estoy aquí. -Murmuró con lágrimas aún brotando desde sus ojos. Sin problema alguno se acercó a ella, la levantó del suelo y la cobijó en un abrazo, nadie nunca podría arrebatársela, nadie nunca podría robar aquello que siempre había sido suyo.- Siempre tuya, siempre mía... siempre nuestras. -Susurró al tiempo que dejaba un beso en la frente ajena y comenzaba a caminar para salir de aquellas catacumbas.