[Privado/Mammon] Investigación nocturna

por **Alshan** Jue Sep 29, 2016 6:01 am

Se ocultaba el sol en el horizonte. El cielo reflejaba el rojizo atardecer que evocaba sus recuerdos de cacerías nocturnas, haciéndole la boca agua con el solo pensamiento de pasear por las calles en el único momento en que la muerte no rondaría su cuerpo, en busca de una suave garganta, atrayente con un perfume floral, o quizá el fuerte cuello de piel curtida natural en hombres de duro trabajo. El tiempo de vagar, cuando la luz es tenue y los depredadores pasean entre sus presas con atrayentes miradas de misterio intrigante, parecía llegar de igual modo en cualquier parte del mundo; estuviera en Londres o en chicago, su cuerpo se tensaba en exquisita anticipación, su mirada se agudizaba por breves instantes, en un momento de confusión cristalina, cuando los ojos se acostumbraban a la escasez de brillo que a los mortales tanta falta hacía… Sí, la sensación era la misma, pero cada lugar tenía su propia belleza.

Atraído a aquella ciudad que no era sino una joya de la más pura esencia europea presente en tierra americana, se disponía a realizar su propia "investigación" con interés profesional... O esa era su excusa. Interés había en conocer lo que atraía la atención, capturaba la mente y engatusaba los sentidos de quienes pusieran los pies en las callejuelas estrechas y a veces oscuras del barrio francés, con su arquitectura colonial y criolla, pasando por los seductores sonidos de jazz o blues que emanan de cafés, bares y restaurantes; hasta el bullicio ensordecedor de su imagen fiestera. ¿Cómo no amar New Orleans? Y es que responde a todo lo que el corazón anhela: uno puede aburrirse, divertirse, llorar, reír, o dar alas a ideas que permanecen en lugares ocultos de la mente, ideas locas, extravagantes, inquietantes o sensuales… Todo sin llamar la atención puesto que miles de otras figuras anónimas hacen otro tanto, y cada uno como quiere.

Así pues, una vez llegó la noche y el cielo fue cubierto por el manto oscuro bañado con la tenue luz de indolentes estrellas distantes, se dispuso a salir. Deseaba beberse la ciudad como si estuviera hecha de sangre, gozar y explorar, recrearse en la vida nocturna de aquel centro de actividad incansable; y quien sabe... quizá al final de la noche, cuando despunta el alba poniendo fin a las correrías nocturnas de los vampiros, ya más de una idea rondara sus pensamientos, un impulso para incorporar en sus propios negocios algo de lo vivido y aprendido.

Entre un mar de figuras anónimas, bajo la tenue iluminación que parecía estar perdiendo la lucha con la oscuridad que reinaba en la cúpula celeste, se encontraba inseguro de hacia donde encaminarse, hasta que un club que parecía concurrido captó su atención, haciendo que se encaminara hacia la fila que se formaba en la entrada, dispuesto a iniciar ahí su investigación de aquella jornada nocturna.

por **Mammon** Dom Oct 02, 2016 8:37 pm

El joven demonio estaba siendo un tanto el centro de atención en aquella ciudad, se decía que con la llegada de este hombre acaudalado habían sido arrastradas cosas buenas y malas. Las mujeres más viejas y sabias decían que en los ojos del joven se ocultaba aquella maldad que muchos no deseaban tener cerca, los demás decían que eran nuevas oportunidades de trabajo y más vida a la ciudad con aquellas atracciones que llevaba consigo bajo su manga. Mammon no se complicaba con esas palabras, pues aquellos que descubrían algo o trataban de desprestigiarlo se iban de inmediato de lengua cortada o si no visitaban las tierras de sus origines.

Esa noche se sentía un ambiente de fiesta, el demonio tenía que partir a atender uno de sus bares, debía revisar bien los números, el tipo de gente que se acercaba y quién sabe si divertirse de la forma más retorcía que tenía, un tanto de tortura. Mammon se arregló como siempre esa noche, sus cabellos negros, algo alborotados, espero dando ese deje de elegancia. Su cuerpo vistió uno de los regalos de su amiga personal Donatella, la mismísima dueña de Versage. Era un traje negro de dos botones, el cual se le había dado la indicación exclusiva de usarlo sin nada de bajo; y eso hizo. Se sentía diferente pero de su gusto, aquella mujer sabía cómo darle un cambio a sus looks. Se le avisó de su limusina en espera y el demonio salió tranquilo, agregando a su look sus lentes ópticos negros, además de andar con una cartera de cuero negro, donde llevaba sus cosas personales.

El viaje siempre era largo de una de sus viviendas en aquel lugar, ya que estaba algo apartado de la ciudad, en una vieja fábrica que había remodelado a su gusto para vivir. Mientras iba en camino revisó las cosas desde su iPad, una por una, y la gente que trabajaba en ese lugar. Siempre tenía hasta los pequeños detalles de su vida, encontrando cosas interesantes y otras algo desagradables para su persona, y gracias a eso sabría qué haría en la noche. Luego de una hora alrededor, la limusina llegó hasta su club, se le abrió la puerta uno de los guardias, pero al momento que el demonio posó un pie en aquella acera, otros 10 monigotes se le acercaron alrededor para resguardarlo de cualquier inconveniente, odiaba a los colados, y esa gente que se acercaba por interés en las filas, además todos sabían que era el dueño. Entró tranquilo con una sonrisa a su club, sin antes mirar a los que estaban a punto, sonriendo de lado, ante algunas fachas de ciertas personas. Sentía que esa noche sería demasiado entretenida.

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