Ivanna Romanov || [Steam]

{♠} Edad: 23 años
{♠} Ocupación: Sin Ocupación Clara
{♠} Nacionalidad: Oz
{♠} Avatar: Alecia Beth Moore [P!nk]
{♠} Raza: Steam
{♠} Habitante de: Oz




Ivanna es una Steam rebelde, siempre ha hecho de las suyas, ya sea con el consentimiento de la gente o no. Para ella no existe un no por respuesta, y es eso mismo, lo que la ha llevado a muchos problemas, desde riñas sin sentido, hasta peleas entre ciudades en Oz.

Idealista por naturaleza, nómada por afán. Es demasiado sociable debido a lo reprimida que estuvo cuando pequeña de la sociedad, le encanta descubrir cosas nuevas, y también re-descubrir las antiguas. Generalmente tiende a caer mal a los que persiguen una doctrina demasiado estricta o se ensimisman en ella, ya que para Ivanna caer en eso es coartar la libertad que tienen todos, y ella, no se lo haría.

Adicta a probar nuevos materiales e inventos en si misma, ya que ¿Qué mejor sujeto de pruebas que uno mismo?. Cuando se ensaña en hacer algo, lo persigue con dientes, garras y uñas, así tabién cuando hace alguna promesa, no descansa hasta cumplirla, aunque esto le puede jugar en contra.

Amante de la adrenalina y lugares peligrosos, tiene ciertos rasgos esquizoides que la hacen única en su raza. De carácter fuerte y golpeado, sin filtra para hablar y menos aún para actuar, eso mismo es lo que tiende a que tenga pocos amigos, ya que es demasiado abrasiva en su actuar, pensar y hablar.

¿Quién dice que no podemos forjar?

Desde pequeña Ivanna fue diferente a los demás steam, ya que era uno de los únicos casos en donde la genética de su raza, le había sido favorable. Una niña nacida con todas sus extremidades y sin ningún fallo en los órganos internos, era casi un milagro para su familia, pero un martirio para ella.

De padre machista y madre sumisa, se crió bajo la premisa de mujer abnegada y buenas costumbres, dueña de casa y servicial, aunque siempre tenía una lucha interna en su mente, de cierta manera sabía que eso no era correcto. Esa misma conducta la llevaba a discutir mas de una vez al día con su padre, un Steam que solo creía en el poder de la fuerza bruta.

Herrero de tiempo completo en su propio hogar, opuesto a todo tipo de facción diferente a esa, ya que era uno de los primeros Steam en Nacer. Conocido por todos como “Efestios”, las leyendas populares decían que todo lo que su martillo tocara, lo volvía maravilloso. Ivanna, crecida con la misma historia que todos contaban de su padre, se escabullía todas las noches a su taller, desde los míseros tres años, ya que le encantaba jugar y crear cosas nuevas, y claro, cada vez que su padre la encontraba, era peleas en su casa.

Al cumplir los diez años, Ivanna escabullida en el taller de su padre como siempre, se dispuso a hacer algo que nunca había hecho: “crear”, ya que como hija de un gran herrero y con la sangre Steam corriendo por sus venas, pensaba se le haría innato. Grave fue su error al pensar eso, ya que si bien sus conjeturas no eran erradas, había algo que ella no poseía, y eso era el sentir en carne propia el vapor que corre por el cuerpo de un steam, el sonido de los engranajes al moverse, el olor a metal que secretan orgullosamente sus partes mecánicas.

Para llevar su plan a cabo, decidió juntar todos los materiales para poder  realizar su primera creación, tenía el hierro, el estaño, los engranajes y diferentes tuberías para realizar una extremidad sencilla, aunque le faltaba algo importante, el martillo. Miró para todos lados, no lo encontraba por ningún lado, hasta que al final lo vio, estaba allí, arriba de una pila de engranajes pesados que su padre había traído para una gran estatua que se iba a inaugurar dentro de una semana, entonces, se dispuso a ir por el martillo. Cuando llegó, vio que no lo podía alcanzar, y el banco que estaba a mano, tenía encima aceite, lo cual haría demasiado peligroso su actuar. Buscó algo para subirse, pero no encontraba nada, entonces desanimada a no poder realizar su hazaña esa noche y con miedo a generar mas ruido, decidió realizar un intento, saltando para poder  atraparlo. Empleó todas las fuerzas que tenía en ese momento para ejecutar un gran salto, el cual dio resultado en su totalidad, ya que al sentir de nuevo el suelo bajo sus pies, Ivanna ya tenía el martillo entre sus manos. Aunque no escuchó como al mismo tiempo, los engranajes gigantes que estaban debajo del martillo, también estaban bajando, cubriéndola por completo.

Al escuchar un ruido espeluznante, el padre de Ivanna se levantó de manera inmediata a revisar  su taller, quizás era un robo. Aunque una idea vaga le hizo caminar en primara instancia a la recamara de Ivanna para corroborar que estuviese ahí, cuando llegó a la habitación de su única hija, el viejo se dio cuenta que esta no se encontraba en su cama, en ese momento, en su mente, se le ocurrían mil y una formas de castigarlas por husmear nuevamente entre sus cosas. Caminando a paso veloz hacia su taller, con una euforia muy común por lo ocurrido, iba el padre de Ivanna, cuando, al llegar al taller y abrió la puerta le hizo bajar toda esa euforia que tenía en el cuerpo.

Al momento en que observó la situación que estaba en su taller, no le quedaban mas ganas de retar a su hija, sino al contrario, quería, necesitaba salvarla. El cuadro escénico que se encontraba era espeluznante, su hija, su única hija en el piso, solo con sus pies descubierto por un  engranes gigantes, y muy pesados. Rápidamente corrió hacia el lado de su hija y con la adrenalina que llevaba por la situación, quitó los engranes con una facilidad única. Al encontrarse con el cuerpo de su hija inconsciente, su corazón se partía  una y mil veces. Comenzó a revisarla, pare cerciorarse de que no tuviera heridas de gravedad. Grande fue su sorpresa al encontrar todo el sector que se conformaba por la clavícula derecha, brazo, antebrazo , mano, conjunto de costillas del hemisferio derecho y todos los órganos que estas conllevan, triturados, si, triturados, como si un Buldozzer le hubiese pasado por encima.

Luego de sentir un dolor tremendo al presenciar todo, llamó a un médico de manera urgente, para la amputación de todo ese sector, éste, llevándose a la niña al servicio de urgencia, para proceder con lo acordado. El doctor comenzó con la amputación del brazo, los tejidos y los huesos, reemplazándolos con tuercas, metal, engranajes y demases, convirtiendo a Ivanna en un Steam Verdadero y no solo de sangre. Al momento de despertar Ivanna sentía un frío inusual, era el frío del metal tocando su piel, el frío de su raza.

Ya estaba estable en casa, con un reposo demasiado estricto para esa mente tan inquieta, el doctor la visitaba tres veces por semana y claro, también comenzó a ir un psicólogo para ayudarle en su desarrollo cognitivo en base a su nuevo cuerpo. Ella, aprovechándose de la situación, decidió hacer un trato con el psicólogo, cumpliría todas sus demandas a cambio de libros interesantes. De primera, asintió, llevándole poco a poco libros básicos, como la historia de su raza y las facciones. Estos enamoraron a Ivanna de una manera tan descomunal, que comenzó a leer cada vez mas rápido.

Un buen día, en su última sesión de psicología, Ivanna se notaba un poco triste, ya que los libros dejarían de buscarla, y su hambre de conocimiento era demasiada. Al retirarse de su casa, el psicólogo le dejó un regalo, un paquete no muy grande. El paquete era un libro que se titulaba “Alquimia para principiantes” y un collar con un trozo de metal extraño. Ivanna, lo leyó rápido como de costumbre, y cada palabra, cada letra que contenía ese libro era una éxtasis para su cabeza. Luego de terminarlo, ese vacío que sentía era inconmensurable, por lo que cada vez que podía se escapaba de su casa para pedir libros de alquimia en la biblioteca.

Un día, cuando cumplió veinte años, su padre le regaló una motocicleta, y le dijo que estaba al tanto de todo lo que hacía, y ya era momento de que recorriera Oz en busca de ser la mejor alquimista, Ivanna un tanto confundida, pero feliz, tomó la motocicleta y salió de su hogar. Lo que ella no sabía era que su padre estaba en su lecho de muerte, y apenas ella emprendió su viaje, el falleció.

Muchos fueron los materiales recolectados por Ivanna en sus tantos viajes, la cual la hicieron llenar su álbum de fotos, en el cual registraba su naturaleza, nombre, uso, entre otros, y todos probados en su propio cuerpo, ya que esto era una completa adicción para ella.

Motocicleta:

{♠} Gustos:

{♠} Ropa Extravagante
{♠} Manejar Motocicleta
{♠} Experimentar en su cuerpo


{♠} Disgustos:

{♠} Mentes Retrógradas
{♠} Gente Conservadora

{♠} Fobias:

{♠} Ser Sometida mentalmente el resto de su vida
{♠} Otros:

{♠} Tiene Rasgos Esquizoides
{♠} Tiende a ver lo incompleto de la gente

Ficha Terminada ~