Icelus || Ajin

༼Psicología༽

A pesar que desde los once años todo su entorno han sido su Madre y su Fantasma no ha dejado jamás de ser sumamente risueño, muy alegre y optimista, aunque ha olvidado de cierto modo el cómo interactuar con más personas. Todo lo que habita en su mente es el bienestar de su familia y mejorar como Ajin.
Se puede destacar también que tiene una amabilidad y voluntad sin límite, cualquier cosa que se ponga en sus manos él tratará de hacerlo de la mejor forma posible y con dedicación. Es un pensador innato, todo el tiempo trata de barajar más de una posibilidad para la resolución de alguna circunstancia y la mayoría de las veces será desde el lugar del positivismo.

Siente desde el fondo de su corazón que él podría ser muy buen amigo y compañero. Nada más maravilloso que tener a un Icelus con la mitad de su alma en las sombras de los sueños y la otra mitad en fantasías irreales.

Pero no todo en éste representante del linaje Ajin es amabilidad y disposición

Icelus siente una debilidad inigualable por las pesadillas de los demás; en su caso más cercano, de su Madre. Ha aprendido a utilizar su Fantasma para ir a vigilar el dormir de su progenitora y así alimentarse también de sus pesadillas. Anhela y desea poder lograrlo con otras personas, ya que es de la idea segura que al igual que los sueños bonitos, en las pesadillas se reflejan los miedos que escondemos. Por lo tanto, ni se te ocurra hacer enojar a éste Ajin, de lo contrario se encargará de hallar la forma de regalarte una desagradable e inesperada visita en plena noche.

༼Historia༽

—M…Ma-má…
—Mi amor, ¿qué sucede?
—Soy… Soy un Ajin…
—Ve a hacer tus maletas, mi vida, deprisa

﴾ Tenía once años, acabados de cumplir, cuando pude darme cuenta de aquel "defecto" ﴿

La tarde había estado preciosa. Había llegado bastante gente a celebrar el onceavo cumpleaños  del pequeño Joshua. Los adornos y guirnaldas decoraban la Sala de estar y todos los asistentes parecían disfrutar de sobre manera de las golosinas y juegos.

Todos, menos él.

Desde muy pequeño había sufrido de pesadillas. No tenía recuerdo de haber tenido jamás un sueño “normal”, de esos que los niños despiertan con sonrisas y queriendo ser Súper-Héroes. Todo lo que él veía en su estado de completo ensueño era destrucción, muerte y sensaciones tan reales que no lo dejaban despertar sin ataques de llanto o con el corazón zapateando con ferocidad sobre su pecho; por lo mismo, a pesar de su corta edad sufría de migrañas y de cansancio constante debido al mal dormir que lo compungía noche a noche, lo cual terminó en un insomnio que sólo se podía apaciguar con una leche chocolatada caliente.
La noche anterior a su cumpleaños había tenido más de seis pesadillas seguidas por lo que su joven mente y pequeño cuerpo no pudieron funcionar con la vitalidad característica de su edad ante tal emocionante fecha.

—Joshua, ¿quieres ir a buscar frambuesas conmigo?
—No, Clo, debo quedarme con mis invitados
—Pero, Joshua, no has jugado en toda la tarde, y no me importa manchar mi vestido
—Está bien, pero debemos hacerlo con cuidado para que no nos regañen    

Escabullirse por los arbustos del patio trasero no fue difícil. Joshua y su amiga, Clodeth, habían llegado al patio de la casa abandonada justo detrás de la del pequeño. La amiga del potencial Ajin llevaba un radiante vestido color crema, el que muy pronto había quedado empapado del color Fucsia de las frambuesas. Joshua no recordaba cuándo había sido la última vez que había reído con tantas ganas. Sólo recordaba con exactitud la cantidad de pesadillas por noche y las horas que se quedaba inmerso en aquellas feas imágenes que se le presentaban. Aquella niña sabía cómo llevarlo a otro plano.

La emoción se apoderó de ellos al notar que en una de las cornizas de la casa abandonada se hallaba un nido de aves. A ambos pequeños se le iluminaron los ojos al escuchar el débil piar de las crías. Joshua, inundado por una creciente valentía e instinto aventurero no dudó en correr hacia la casa e ingeniárselas para trepar, poder llegar al techo y dar con aquella familia. Clo, entre risas y emoción lo esperaba desde abajo y lo animaba en poder coger alguna avecilla. Bastó un solo movimiento en falso de uno de los pies del pequeño al querer arrimarse al último tramo para dar con el objetivo para que éste cayera en seco hacia el suelo y su cabeza golpeara de lleno en una roca.

—¡Nooooooooo! ¡Joshua!

La garganta de la pequeña Clo se desgarró en aquel grito. Su amigo había muerto.

﴾ ¿Acabo de morir? ¿Estoy en el cielo? No, sigo en el patio ¿Por qué salen estas burbujitas de mi cuerpo de nuevo? ﴿

—¿Clo...? —el nuevo Ajin llamó al nombre de su amiga con un dejo de incredulidad. No la halló con la mirada en ningún lado, de pronto todo se había vuelto un plano gris y rojizo.

De su cuerpo se desprendía un vapor oscuro, aquel que muchas veces era protagonista de sus pesadillas, ahora lo sentía como un suave calor abandonando su cuerpo. Recordó de golpe lo que había sucedido hacía unos minutos y de inmediato llevó su mano hasta cerca de su sien derecha, pero sólo quedaban vagos registros de sangre. Heridas: absolutamente nada, ni un rasguño.

El cuerpo se le heló de golpe cuando por fin aquel cúmulo de energía palpable de su alma se hizo visible justo frente a él. Un ente tres veces más grande que su creador. Entonces entendió que todos los rumores eran ciertos, las conversaciones que duraban horas entre sus padres con amigos, las noticias, reportajes, todo. Los Ajin existían, y él era uno. Pero no tuvo miedo, sintió de inmediato una conexión con aquel ser que había emergido de él, ése ser que absorbió todo lo espeluznante de sus pesadillas y se convirtió en una segunda versión de él mismo.

﴾ "Pesadillas..." Eso fue lo primero que escuché de mi Fantasma negro ﴿

Al volver al lugar donde se estaba llevando a cabo el cumpleaños el pequeño Joshua se acercó a su mamá teniendo que atravesar la mirada incrédula y aterrorizada de los demás niños y padres que se encontraban allí, aunque sólo notó a su amiga a las faldas de su padre hecha llantos y espasmos que de seguro eran causados debido al temor. Su pequeño cuerpo temblaba por completo y la voz le salió apenas en un hilo. Se sentía fuera de lugar, sabía que jamás había encajado bien, pero ésa vez supo que era el punto máximo de una realidad mentirosa y alejada de la tranquilidad.

—M…Ma-má…
—Mi amor, ¿qué sucede? —preguntó con la voz quebradiza como hojas secas la madre del inmortal niño.
—Soy… Soy un Ajin…
—Ve a hacer tu maleta, mi vida, deprisa —susurró con prudencia la mujer, y con los ojos repletos de lágrimas pidió a todos los asistentes que se fueran.



Viajaron desde Eslovenia cruzando varios países hasta llegar finalmente a la maravillosa Grecia, instalándose en una pequeña casa en las afueras. Curiosamente, pisaron aquel país exactamente un año después de aquel tormentoso episodio en su anterior hogar.
Joshua al llegar  a Grecia abandonó por completo su anterior identidad, a sus doce años había madurado de golpe y en el año que había pasado viajando había aprendido a sumergirse en mundos que se plasmaban en libros.

Se auto-llamó "Icelus", nombre usado para el dios de la mitología griega que se encargaba de atormentar el sueño de los antiguos reyes con visiones, alucinaciones y pesadillas.


Icelus durante los años que lleva sabiendo de su “condición especial” se ha encargado de poder nutrir su conocimiento la mayor cantidad posible y permitida para sus años. Ocho años en los que ha sobre explotado su soledad con el fantasma y con la alineación de los mundos.
Con la ayuda de la sabiduría de su Madre ha podido ir mejorando en el control de pensamientos y órdenes que mueven a su fantasma, llegando a potenciar y descubrir que su fuente principal como Ajin son los tormentosos ensueños.

Ha experimentado apenas trece muertes, por lo que aún el dolor ha sido bastante en cada circunstancia.  Aún no se puede vanagloriar en la maniobra de las distintas habilidades, ya que su interacción con otros seres de su raza ha sido nulo, pero de lo que sí ha podido disfrutar es de los portales hacia los otros seis mundos. Cada primera vez que ha cruzado el portal hacia aquellas otras dimensiones se ha visto en la obligación de morir por el excesivo cambio y gasto de energías, pero, en su afán de no quedarse con gusto a poco logró poder moverse con tranquilidad, aunque no por más de dos horas, por el Mundo de Oz y Nunca Jamás, siendo estos como su “lugar seguro”, en los que no se siente un fenómeno, aunque aún no ha tenido éxito de toparse con alguien por el poco tiempo que puede subsistir en aquellos dos planos. El resto de los mundos no ha podido volver a visitarlos.

Existe sí un mundo en el que se está preparando para ir: El infierno.
Sus pesadillas giran en torno a ese mundo y se ha encargado de alimentar los anhelos de su Fantasma por poder fortalecerse y llevarlo hasta allí de nuevo, y quién sabe, lograr dar con la cima de sus conocimientos y su control.

༼Datos Importantes༽

{♠} Gustos:
• Ama comer Frambuesas, es muy feliz cuando lo hace
• Encuentra muy lindo detalle físico su lunar en forma de corazón sobre su pómulo
• Le gusta caminar por la mañana justo después de haber caído el rocío
• Siente un gusto incontrolable por cosas de color azul
• Ama comer frutas y verduras. Come todo, aunque le gusta más lo dulce

{♠} Disgustos:
• Para él no existen las mentiras, la sinceridad ante todo. Si eres mentiroso te vas tachado
• Detesta el aroma a perfume masculino
• Odia los golpes o la violencia innecesaria. La tolera sólo cuando puede ser justificable

{♠} Fobias:
• Le aterra el hecho de tener que relacionarse con otras personas o seres y que le hagan daño o que lo subestimen
• El Mar en su inmensidad, o el agua en grandes cantidades lo dejan completamente inmóvil y nervioso

{♠} Otros:
• Fuma Marihuana
• Es bajito, mide 1,65
• Aún a pesar de ser ajeno al mundo "normal" no ha dejado de estudiar, lo hace en su casa
• Quiere poder obtener un trabajo