Res non Verba || [Privado Mammon]

Era un momento extraño para Zadkiel, mentalmente no se sentía bien, pero eso no era motivo para no seguir descubriendo el mundo con sus verdaderos ojos. Esa noche, se anunciaba una gran fiesta de disfraces de manera pública en un bar concurrido por los habitantes de Los Angeles. La caída nunca había querido participar en ese tipo de cosas, ya que no se sentía a gusto todavía en el mundo humano, pero ese día era diferente, se sentía mas apegada a los humanos que nada y quería sentir en carne propia lo que ellos llamaban diversión.

Ya con su consultoría psicológica cerrada, se dispuso a caminar entre la gente para buscar una tienda de disfraces, cuando entró, había un montón de ellos que le llamaban la atención. Se probó todos y cada uno, pero ninguno la satisfacía como ella quería, hasta… bueno, hasta que las vio ahí colgadas, ni siquiera era un traje completo, sino solo un par de alas de ángel, en su cabeza, ella sabía que no eran de ángeles, ya que ellos estaban exentos de alas, sino que eran de arcángel, como ella lo era en la divinidad, entonces no solo las arrendó, sino que las compró por completo, y poniéndoselas de inmediato salió de la tienda.

Con las alas puestas y su traje rosa, nada podía salir mal, se sentía cómoda, con su apariencia mas hermosa que nunca, mas solo le faltaba volar, y sentir el viento de nuevo soplando su cara. Era tarde, cerca de las 10 PM, y Zadkiel se dispuso a entrar en aquel club, una canción muy llamativa sonaba de fondo, lo cual para el caído era extraña, pero agradable, se acercó a la pista de baile y como si siempre hubiese danzado, bailó como los dioses, hasta percatarse de que alguien la miraba fijamente, pero no podía divisar de donde venía la mirada, o mas aún, quién era el ente que la acechaba.

Canción:

Hace ya un buen tiempo que aquel demonio no daba fiesta en su antigua residencia, bueno al menos una de las tantas que había tenido hace un tiempo atrás. Por cosas de trabajo había llegado a Los Ángeles, según las cifras de uno de sus bares iba en aumento, con buena calidad de personas al concurrir; algo bueno para el demonio, ya que sabía que podía conseguir buen material del lugar. Fue por todas estas cosas que quiso hacer una fiesta de disfraces en aquel local.

Revisó entre sus ropas, algo que pudiera ocupar el día de hoy, siendo un abrigo de piel largo su principal idea, seguido de unos pantalones morados con detalles en blancos y unos zapatos estilo italiano de color negro. No ocuparía nada de bajo de aquel abrigo, solo algo de aceite corporal ante sus marcados músculos y aclarar el tono de su piel con algo de maquillaje. Se miró al espejo y sonrió amplio dejando relucir en segundos sus ojos negros por completo. Iría en una ‘fantasía’ de demonio, pero claramente aquel hombre lo era.

Llegó cuando el ambiente estaba concurrido, como siempre las miradas en su persona se plasmaban, Mammon siempre tenía ese desplante elegante, pero últimamente estaba mostrando más una faceta de coquetería, aparecer vestido de esa forma llamaba demasiado la atención de muchos. Se mezcló entre las personas hasta desaparecer en la zona VIP del recinto, en soledad con sus monigotes cuidando de él, aunque aquel demonio se las podía por sí solo.

Pasó un buen rato, para sentir en el ambiente algo diferente, dejaba un sentimiento conocido en su persona, conocía ese tipo de presencia como ningún otro. Miró en los alrededores, las personas que bailaban ya entre la oscuridad y las luces de colores. Sin avisar a nadie se levantó de su zona de confort para caminar, los guardias quisieron seguirlo pero Mammon, con solo un movimiento de su mano los detuvo.  El demonio se mezcló entre las personas queriendo completar esa curiosidad que siempre tenía.  Fue de esa forma que llegó a contemplar a la distancia unas alas blancas, y una joven nunca antes vista. Era ella quien poseía esa presencia. Con una sonrisa ladina, dejó que su cuerpo lentamente se moviera un poco más entre las personas, siguiendo un ritmo lento, para quedar ahora a solo dos personas de distancia, optando por bailar con una joven cerca. Quería ver sus actividad en aquel momento, cuando Mammon dejara notar su presencia en el entorno.