Amalia Borgia // Licántropo

{♠} Edad: 20
{♠} Ocupación: Entrenadora/Preparador fìsico
{♠} Nacionalidad: Siberiana
{♠} Avatar: Barbara Palvin
{♠} Raza: Licántropo
{♠} Habitante de: Mundo





De temperamento fuerte, no conoce de paciencia y se altera con una facilidad casi increíble. Malia es una loba ruda, no suele mostrar su lado débil a nadie, ni siquiera a las personas que ama, no suele pedir disculpas cuando comete un error y no pregunta las cosas dos veces, la mayoría de las personas tiene problemas para relacionarse con ella, pero realmente no le interesa, no confía en nadie que no haya vivido lo que ella vivió, nadie más podría comprender. Suele disparar primero y preguntar después, se siente cómoda con las amenazas y siempre sus puños son más rápidos que su cabeza, no es una persona manipuladora ni una gran estratega, Malia es simplemente una luchadora, una excelente combatiente.

No es muy femenina, pero se siente cómoda con el cabello largo, no le gustan las cosas demasiado delicadas porque suele romperlas, eso también le pasa con las personas delicadas por lo que intenta alejarse lo más rápido posible antes de que alguien pueda salir herido. No se enamora con facilidad debido a que ve a los demás como competencia, que algunos puedan llegar a ser amigos no significa que hayan dejado de ser sus rivales, sobre todo cuando detecta que pueden llegar a ser más fuertes que ella. Suele presentarse sólo con su apodo, Sólo las personas que la conocen desde pequeña saben su nombre (Amalia).

Odia a las personas engreídas y suele ignorarlas al punto de ni siquiera notar que están allí. Cuando encuentra a una persona débil físicamente, pero fuerte en espíritu siente la necesidad de protegerle, ahora, si es fuerte físicamente, pero débil en espíritu entonces siente la necesidad de atacar.




Hija de un garou y de una loba la pequeña Amalia fue criada entre una manada de lobos salvajes de Siberia, nunca conoció a su padre, mas no lo necesito ni por un segundo, la manada en la que vivió contaba con muchos lobos que hicieron el papel de su padre, la cuidaron, la criaron, la educaron en las santas leyes de la madre tierra Gaia y le enseñaron el valor del honor de la familia, de defender los ideales y de pelear hasta la muerte por lo que se cree justo, pues hay muchos que están dispuestos a matar por algo, pero son pocos los que están dispuestos a morir por algo.
Vivía feliz y tranquila entre los que consideraba los "suyos" hasta un fatídico día en el que su cuerpo decidió cambiar en la más horrible de las formas.

Un día mientras corría por el bosque con sus hermanos la luna desde el cielo le pareció mucho más brillante, al punto que no pudo despegar sus ojos de ella, el brillo era tal que se quedó observando aproximadamente 20 minutos sin siquiera poder parpadear, de repente su cuerpo comenzó a calentarse más allá de lo normal, su pulso comenzó a acelerarse, su piel parecía un traje demasiado apretado para su cuerpo y antes de que pudiera darse cuenta su pelaje era desgarrado, su hermoso y rojizo pelaje yacía en el suelo como si hubiera muerto, su carne, sus huesos, todo lo que era se estaba transformando y entre aullidos y gemidos de dolor su cuerpo de lobo cambió a uno humano. El trauma fue tal que salió corriendo con todas sus fuerzas, no quería que nadie de su manada la viera de esa forma, no quería que nadie descubriera su secreto, mas cuando estaba por salir de uno de los campos de hielo en los que solía esconderse se encontró frente a frente con su manada, las lágrimas corrían por sus ojos sin que pudiera controlarlas, se sentía expuesta, avergonzada y sola, mas antes de que pudiera decir cualquier cosa su madre se acercó y la acarició con su nariz, al instante todos los demás lobos se acercaron, nadie la discriminaba, nadie la miraba diferente, al parecer todos ellos ya sabían hace mucho tiempo lo que Amalia realmente era.

Años después cuando cumplió 18 su padre la encontró y le propuso compartir con su familia Garou, en un principio Amalia no se mostró muy dispuesta, sobre todo porque la manada de su padre se encontraba en otro continente, pero algo en su interior le dijo que se debía a si misma la oportunidad de conocer a aquel hombre lobo que era también su familia. Fue así como llegó a América del Sur, Tierra del Fuego. Casi parecía que estaba en el último confín del planeta. Pronto comenzó a hacerse renombre entre la manada a la que pertenecía su padre, los Garras Rojas.

Aquella camada era muy diferente a todo lo que había esperado, eran hombres lobo que tenían mucho más respeto por el lobo que por los humanos, amaban la naturaleza más que cualquier otra cosa, amaban a Gaia, a la Luna y a la Tierra y aunque constantemente extrañaba a los lobos en Siberia sabía que algún día volvería a encontrarse con ellos.

Su fuerza era algo que la hacía destacar dentro de la manada, al igual que su salvajismo casi sin precedentes en una de las camadas más violentas de los garous, Amalia era una loba y siempre sería más animal que humano.

Luego de que las noticias de los portales se expandieron por el mundo Amalia fue encargada con la misión de reconocimiento, sin dar aviso a su familia o a la manada se marchó en dirección al primer rumor que escuchó. Un demonio la guió en su camino y la ayudó a atravesar hacia un reino nuevo.




{♠} Gustos: Las peleas, la sangre, el sexo, el alcohol.
{♠} Disgustos: Los aburridos, los mojigatos, los puritanos.
{♠} Fobias: No sabe, no contesta(?)
{♠} Otros: Tiene 4 hermanos Mephisto, Sèbastien, Markku y Astrid, todos por parte de papá. Los ama a todos, aunque a algunos más que a otros.