[Privado con Klaus] Destiny

Destiny

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►Estado: Privado ||    ►En: El bosque de los susurros   ||    ►Tiempo: 26/08 02:00 A.M

Un ejercito, eso era lo que hacía falta para poder enfrentarse a quienes querían destruir la frágil paz de Nunca Jamás, pero tal vez por los años de maltrato incluso las criaturas más fuertes sentían miedo de defenderse. Los piratas, algunos cazadores e incluso algunas criaturas obscuras se encargaban de mantener a los demás en un constante estado de horror, a punto que nadie sabía cuando llegaría su turno de ser atacado, pero Nathan estaba cansado de vivir en miedo, cansado de quedarse de brazos cruzados mientras más justos morían, le daba asco y no podía simplemente ignorarlo, no importaba si con su actuar molestaba a aquellos que cómodamente se escondían.

Aquel día caminaba por el bosque de los susurros, uno de los lugares más peligrosos y ocultos de Nunca Jamás, sabía que quienes lograban mantenerse vivos en ese lugar eran fuertes o serían fuertes. Las leyendas contaban que ese bosque no mataba a nadie que estuviese destinado a grandes obras, Nathan ya conocía ese lugar como la palma de su mano, pues era donde solía jugar cuando sus padres estaban vivos, los altos árboles eran sus amigos, las sombras del bosque eran sus amadas, el viento que acariciaba su rostro era sólo la forma en la que le daban la bienvenida y todos los gruñidos, crujidos y demás sonidos del ambiente eran como música para sus oídos.

Luego de una caminata corta se encontró entre altos robles de cortezas resquebrajadas, el suelo de lodo había sido agrietado, incluso podía oler la sangre de algunos animales.- ¿Qué demonios? -Miró a su a rededor y cada vez era más obvio que allí había sido desatada una batalla, pero ¿Quién habría ganado y por qué? El cazador se agachó a tocar el suelo cuando de repente escuchó unas pisadas en la cercanía ¿Sería acaso uno de los participantes de esa batalla? De inmediato se puso de pie y entre unos árboles alcanzó a ver una delgada silueta.- ¿Quién está allí? ¿Te encuentras bien? -Preguntó para luego comenzar a acercarse lentamente, mas que nada para no asustar al dueño de la silueta.

La oscuridad, sin duda alguna es completamente absoluta. Klaus quien no podía ver nada mas allá de su propia nariz se encontraba rodeado o mejor dicho era como si se encontrara en el interior de la propia esencia de la oscuridad, aunque él podía observar sus manos y sus ropas pero cuando levantaba la vista a cualquier dirección todo lo demás que lo rodeaba era oscuridad y nada más, su existencia que no tenía ningún sentido hasta el momento para él desde su despertar en ese oscuro bosque ya había experimentado ciertas sucesos interesantes, pero hasta ahora nada supera esta noche. Su cuerpo, su alma incluso podían sentir el frío presente que lo invadía así como varios sentimientos negativos como la tristeza.

Klaus intentaba pensar y recordar, pero sus pensamientos no eran claro, todo le resultaba borroso en su mente y con el paso de los segundos se volvía mas oscuro hasta el punto que no podía pensar en nada con claridad y coherencia. Sus palabras no podían ser formuladas y al tiempo su visión finalmente oscurecía también, lo único que sus ojos percibían eran sus manos pero poco a poco estas desaparecieron hasta que quedó en oscuras completamente… su conciencia fue lo último en ser afecto que poco a poco el joven perdido comenzó a sentir como se desvanecía esta hasta al final sintió su cuerpo caer contra el suelo antes de dejar de sentir algo… ¿acaso este es el fin?

El tiempo era difícil de llevar con tanta confusión en mente…  pero luego de cierto tiempo Klaus abria de sus párpados nuevamente, aunque su visión se encontraba borrosa la luz de la luna le permitía observar un poco, pudiendo asi visualizar el color rojo en el suelo y una gran silueta en el suelo derribada cerca de lo que parecía una cueva oscura… – No mas… no mas oscuridad… – fueron sus últimas palabras mientras sentía varias gotas de aguas caer del cielo hasta la palma de su mano. Nuevamente Klaus cerraba los ojos lentamente mientras su conciencia se desvanecía.

- ¿Hola? -Nadie contestaba, sólo esos murmullos en el viento, aunque Nathan sabía que esos sonidos eran sólo parte del ambiente, eran la melodía eterna de ese bosque. De momento el cazador cerró sus ojos, necesitaba concentrarse y poder excluir todos los demás ruidos, necesitaba discriminar exactamente de donde venía lo nuevo, lo extraño.- Ahí. -A penas pudo notar el rastro de sonido abrió sus ojos, se puso de pie y comenzó a caminar, intentando que el sonido de sus pisadas lo alejara del rastro y entonces lo vio o mejor dicho los vio, dos cuerpos en el suelo, aunque sólo podía ver como uno de ellos se movía, sin pensarlo dos veces se acercó al cuerpo que respiraba, todo daba a entender que allí había existido alguna clase de enfrentamiento.- Tranquilo, no voy a hacerte daño. -Fue todo lo que dijo para luego llevar sus manos a limpiar el rostro ajeno.- Parece que fuiste quién mejor salió de esta situación. -Murmuró mientras observaba con cuidado el cuerpo ajeno, determinando los daños.

Se encontraban en uno de los lugares más hostiles de todo Nunca Jamás, pero también era allí donde la ayuda era más increíble, a unos cuantos kilómetros de ese lugar se encontraba la casa de una bruja, una anciana muy sabia que siempre estaba dispuesta a ayudar a los viajeros, siempre y cuando tuviesen algo a cambio para entregar.

El hombre que había encontrado tenía un aura diferente, no era un humano eso estaba claro, pero tampoco tenía un aura como ninguna que hubiese podido ver, incluso se parecía un poco al aura de la bruja que visitarían, pero eso era imposible, hace mucho tiempo que los usuarios de magia se habían ido de Nunca Jamás, hace tanto que ya era extraño poder encontrar uno, por no decir imposible.- Me llamo Nathan ¿Cómo te llamas? -Intentaba hablar con un tono lo suficientemente amable como para que no fuese confundido con hostilidad, pero tampoco podía asegurar nada sobre aquel extraño, simplemente una corazonada que le decía que no eran enemigos, no aún al menos.

Desde su primera noche la noche en la que por primera vez abrió los ojos despertando en el interior de ese bosque lleno de peligros, hasta esta la noche presente del día de hoy todas habían sido realmente frías al punto que hubo un día que logro enfermarse, ese frio que se sentía poco a poco sin darse cuenta él quien no comprendía mucho o nada de lo que ocurría a su alrededor comenzaba a asimilarlo, acostumbrarse un poco nada más... pero casi como si hubiese estado al punto de dejar en el olvido algo nuevamente, una sensación se hizo presente mientras aun se mantenía en un estado inconsciente.

Poco a poco reconoció que lo que sentía en ese momento era calidez ¿Causado porque? El no lo comprendía, una voz difícil de comprender lo ayudaba a salir y recuperar poco a poco la conciencia, desconocida era esta pero hacia que poco a poco volviera en sí, sus parpados se presionaron de manera fruncida por un momento antes de abrir, parpadeando varias veces antes de recuperar la nitidez en su visión, el rostro de alguien desconocido se encontraba perfectamente en su radio de visión, un nombre con el cual presentarse era dado… – ¿Yo? Mi nombre... – En un tono de voz bajo murmuraba sin respuesta – No lo sé… No sé cuál es mi nombre, no sé quién soy. –

Tardo algo responder y un poco más en darse cuenta que se encontraba en los brazos de un desconocido ¿Eso estaba bien? Con cuidado intento colocarse de pie, Klaus no presentaba ningún problema o dolor en su cuerpo omitiendo el cansancio que sentía, sus manos sintiendo la humada en su ropa y como al tacto estas se manchaban con un liquido rojo… ¿eso era? ¿Sangre? Sus piernas temblaban y su rostro era lo único que respondía y este visualizo al final la figura de la silueta que sentía no muy lejos de él.

Klaus al principio no observaba bien, pero una vez la luna volvió a salir de la nubes aquella silueta tomo forma, una especie de oso solo que muy grande, esta estaba en el suelo sin movimiento alguno lleno de heridas de cortes donde un rio de sangre salía… Él no comprendía y nuevamente sin palabras su cuerpo cayó sobre sus rodillas esta vez manteniendo la conciencia – ¿Porque no puedo recordar? – Sus manos se posaba sobre su cabeza mientras la ansiedad lo invadía desde adentro. – ¿Que debo recordar? ¿Qué está mal conmigo?– Comento cerrando sus ojos mientras sus palabras alvergaban escondid tristeza en elllas.

Sus labios se entreabrieron y una triste expresión se apoderó de su rostro, no era la primera vez que veía aquello, no era la primera vez que estaba junto a alguien que no recordaba su nombre, sobre todo en ese lugar de Nunca Jamás, pero por alguna razón sintió en lo más profundo de su ser que esto no era igual, que algo muy malo estaba pasando. Se quedó en silencio y se puso de pie junto a aquel desconocido, era obvio que no estaba bien, pero por el momento no sabía qué o cómo hacer para ayudarlo.- Tranquilo, es un osos quimera, hay muchos de ellos en este bosque y suelen atacar a cualquiera que no huela a bosque. -Dijo intentando consolar al chico, pero en un parpadeo lo vio nuevamente en el suelo, de rodillas y con la velocidad de un lince se arrodilló junto a él y llevó su diestra a tocar el pecho ajeno, como intentando transmitirle su calma.- Hey, hey... estás bien ahora, estás vivo, que es lo que importa. -Habló de forma amable, pero firme, sus ojos estaban fijos en los párpados ajenos, de esa forma si él llegaba a abrirlos podía encontrarse con una mirada de comprensión.- No sé por qué perdiste la memoria, pero estás en el lugar indicado, en Nunca Jamás nada permanece perdido por mucho tiempo y estás de suerte, pues me encanta ayudar desconocidos, es algo así como un hobby para mi. -Dijo a tiempo que mostraba una sonrisa, como si el animal muerto no significara nada, como si la sangre y los murmullos del bosque no lo alteraran y es que a decir verdad no lo hacían, la oscuridad creciente en ese lugar era parte de Nathan, siempre lo había sido.

Sin decir más se puso d pie y extendió una mano hacia el desconocido, esperando que él la tomara y pudiera pararse.- No recuerdas tu nombre, así que al menos por hoy simplemente puedes ser Índigo, ya que de ese tono es tu aura. -La naturalidad con la que el cazador hablaba era casi increíble y es que ya había vivido tanto en tan poco tiempo que muy pocas cosas lograban alterarlo, además, estaba cumpliendo con la razón de ser de su existencia, estaba ayudando a alguien que requería de ayuda.

Algo de lo que muy en su interior se encontraba escondido finalmente pudo salir, aquello que no es nada bueno y de lo que no desea tener contacto puesto el pensar que todo se haría mas difícil finalmente salió, angustia temor y preocupación, aunque al final el peso de sentía era menos y era algo que agradece. La calma era forzada a mantenerse nuevamente por Klaus, aún se encontraba en ese lugar llenos de peligros que podían aparecer en cualquier momento. – Tienes razón… estoy vivo eso es lo importante – Respondió una vez recuperó la calma total por lo que nuevamente tanto su cuerpo y su mente se encontraban  nuevamente bajo su control, por unos segundos observó el rostro ajeno que se encontraba tan cerca. – ¿Nunca jamás? – Repitió con algo de curiosidad antes de volver a intentar colocarse de pie tomando la mano que ofrecía el contrario. – ¿Un color? – Por un momento se preguntó y luego con esas preguntas muchas otras se hicieron presentes. – Me puedes llamar Klaus… – Pero muy en el fondo la discusión sobre el uso de ese nombre aún no había finalizado – Pero como no tengo seguridad en nada, cualquiera sirve en realidad. –

– Señor Nathan. ¿Cree que me pueda ayudar con él? – Una vez de pie señaló de aquella bestia que se encontraba tirada en el suelo siendo una fuente constante de sangre. – ¿Es comestible? – Se acercó con cuidado y una vez lo suficiente dio un leve puntapié a la carne verificando que realmente se encontrara sin vida el cuerpo que estaba tirado. – Cocinar es fácil… pero picar y es muy grande además. – Murmuraba sus pensamientos en lo que posaban sus dos manos sobre el pelaje del animal pasando a observar luego sus ropas en algunas parte ya rasgadas levemente y cubiertas de sangre. – Si tuviera algo para cortar… podría tener comida y hacer algo con su piel… – Pero una pregunta se hizo presente entre sus pensamientos, observando al contrario tomó unos segundos antes de decidirse. – ¿Estaría bien eso? Comer su carne y hacer ropa con su piel. – Realmente desconocía mucho de ese lugar así como lo que estaba bien y lo que estaba mal por lo que encontrarse con una persona que conocía del lugar y le gusta ayudar a otros como lo es Nathan era algo realmente bueno. – Lo está  ¿no? – Volvió a preguntar presionando el pelaje de la quimera casi mostrando algo de impaciencia, pero era algo entendible debido a que el fría y así como el hambre que Klaus pasaba cada noche no era algo fácil por lo que si deseaba sobrevivir necesitaría de usar lo que estaba a su alcance para hacerlo.

Una sonrisa amable se posó en sus labios "Klaus" al menos ahora tenía un nombre para llamar a aquel extraño. Observó el animal cuando se lo indicaron, la verdad es que si, era útil y no era una buena opción dejarlo allí a que se pudriera y nada más. Por unos instantes se mantuvo en silencio, simplemente observando las acciones contrarias, era increíble el poder que tenía para calmarse, centrarse y concentrar su atención en una nueva tarea, tal vez ese era parte de su mecanismo, pero no importaba, Nathan estaba dispuesto a ayudar.-  Oh, por su puesto que está bien. -Dijo al tiempo que llevaba su mano derecha a al cinturón de su pantalón y le entregaba una daga de plata a Klaus.- Ten, es lo suficientemente afilada como para ayudar lo suficiente. Yo soy bastante torpe, así que prefiero no ayudarte con la piel, pero si al momento de cortar la carne. -Comentó luego de entregar aquella arma.

El sonido del bosque una vez más comenzaba a elevarse, llantos, murmullos, árboles cayendo, pero nada cerca de ellos. Nathan estaba tranquilo, sabía que ese bosque era así, que los sonidos no acabarían, pero a medida que la hora avanzaba el lugar se volvía cada vez más peligroso, las criaturas se volvían inquietas y más de una ya debía estar deseando atacarlos.- No es recomendable que nos quedemos aquí por la noche, prefiero que una vez hayamos terminado busquemos un lugar diferente, mas que nada porque no ando con ánimos de peleas, los seres de este bosque no son malos, pero la oscuridad de la noche hace estragos con sus mentes. -Comentó con cierta calma y luego observó a Klau esperando que le dijera qué era lo que necesitaba, qué clase de ayuda podía ofrecer.- Si no te molesta hoy puedes venir conmigo, buscaremos alguna clase de refugio ¿Te parece? -Preguntó sin separar su vista de aquel ser.

Los ojos de Klaus con tranquilidad se posaron por unos segundos sobre una de las heridas que el cuerpo inmóvil de la bestia que extendida en el suelo se encuentra posee en varias partes de su cuerpo, sus manos con suavidad rozaban está sintiendo un frío tan peculiar pero familiar al mismo tiempo, él no comprendía muy bien el porqué de aquella sensación, pero los momentos decidió dejar esos pensamiento interrogatorios para otra ocasión mientras su visión que no duró mucho tiempo en aquel gran cuerpo tumbado en el suelo se enfocando en Nathan y recibir de sus manos aquel instrumento de filo blanco, para Klaus no era la primera vez que encontraba un desconocido en aquel peligroso bosque y mucho menos se contaba esta ocasión en la que recibía ayuda como la primera, pero aun así eso no reducida el cierto aprecio que se ganaba con el detalle, por lo que tal vez en el momento el no supiera cómo pero sin duda en el futuro devolvería sin pero cualquier favor.

– Su piel es dura – Klaus comento con un tono de voz donde se notaba el agotamiento por los continuos intentos de cortar de aquella piel. – Pero no comprendo, estas heridas son de corte sin duda y se ven profundas – Comento lo detallado con anterioridad mientras su mano se posaba en el borde de una de las heridas en el lomo del oso, Klaus observó a Nathan con cierta tristeza en su rostro y un leve sentimiento de impotencia en su interior. – No comprendo ¿porque yo no puedo cortar? – Sin más que decir dejo escapar un suspiro y volvió a observar dicho cuerpo problemático, aquel cuchillo se observaba problemático pero la verdad no podía hacer nada contra aquella piel, se sentía como si se viera forzado a usar una hoja para cortar una roca.

Klaus se mostraba calmado en todo momento que lo intentaba, solo hubieron unas pocas veces después de intentarlo varias veces el realizar cualquier corte que dejaba escapar su frustración con un suspiro o una leve fruncida de ceño. – ¿Esta cosa es tuya, verdad? – Comento observó la daga mientras se encontraba sentado en el piso tomando un descanso después de varios intentos. – Realmente se ve bien, me gustan los detalles aquí – Comentó mientras observaba de ella con tranquilidad detallando, al final sus dos manos tomaron de la daga al mismo tiempo y de un segundo a otro las manos comenzaban a emanar una luz color índigo tenue igual que la iris de sus oscuros ojos, así como proveniente de un rayo un destello en su mente lo cejo mientras sentía su mente ser invadida, invadía por una cierta cantidad de cuadro de recuerdos todos en común en que era detallando el uso de esa arma así como momentos en que era usado.  

Ambas luces desaparecieron a los segundos – ¿Pero qué? – Vociferó algo aturdido, segundo antes de observar al contrario sin entender aun que habia ocurrido.

Habilidad desarrollada/despertada: