Abierto | Teen Idle

La noche era joven y las luces de la ciudad encandilaban sus ojos, pero aquello era lo que amaba, amaba la vida nocturna y la magia en las grandes ciudades, amaba los ojos de los caminantes que quedaban deslumbrados observándola, después de todo no era completamente norma poder observar a una supermodelo completamente inconsciente de su propia fama, caminando entre la gente como si nada pasara. Podía notar que algunas personas le tomaban fotografías y a decir verdad aquello le encantaba.

¿Peligroso? Tal vez, sobre todo porque noticias sobre sus enemigos habían llegado a sus oídos, pero no importaba, no les temía, es más quería que la encontraran, quería que se atrevieran a desafiarla para probarles de una vez por todas por qué la historia la había retratado como la más cruel de las mujeres.

Completamente de negro, pantalones y chaqueta de cuero, una camisa sin mangas y un par de tacones de un vivo color rosa, era lo que le habían regalado en el último ensayo de vestuario de uno de sus muchos trabajos, realmente aquella noche ni siquiera había pensado en mirarse al espejo ¿Para qué? Sabía que estaba perfecta.

Su celular vibraba, pero no iba a contestarlo, algo le decía que se trataba de Vlad y no deseaba hablar con él, no por el momento, no mientras se sentía débil, sobre todo porque estaba casi segura de que él ya había averiguado sus planes de asesinarlo, ese viejo decrepito era más inteligente de lo que parecía y ella aún no se encontraba al tope de su fuerza, necesitaba algo, aliados tal vez, aliados confiables.

Vestimenta:

El ruido que producía su local era demasiado para sus sentidos agudizados, así que Jeanne decidió salir a dar una vuelta, mas que mal, la noche recién se asentaba en la ciudad y era el momento perfecto para que Jeanne saliera a comer, o a profanar algún convento.

Mientras caminaba a paso lento, Jeanne se dio cuenta de como la gente le tomaba fotos a una hermosa mujer. alguien que los embelesaba. Entonces la vampiresa notó algo en la mujer que todos admiraban, algo extraño, algo... no humano.

A paso firme y sonante, Jeanne se acercó a la mujer rubia que caminaba entre la multitud, moviéndose de forma muy escurridiza entre la gente, llegó hasta encontrarse cara a cara con la mujer para solo pronunciar una frase con su tono afrancesado

- Muéstrame tu secreto, hermosa mujer

y de un salto abandonó el lugar, para posicionarse en el balcón de uno de los edificios

Habilidad Usada:

Su atención se encontraba sólo en sí misma, como era su costumbre, mas a penas una mujer se puso delante de ella se concentró por completo en el rostro ajeno, a penas un par de segundos fue lo que necesitó para saber que se trataba de alguien como ella, alguien tal vez aún más antiguo y eso siempre era divertido. Luego de que la dama desapareció Elizabeth la buscó con la mirada hasta dar con ella en un alto balcón, de inmediato una sonrisa se formó en los hermosos labios de la condesa y delicadamente llevó su diestra a sus labios para lanzar un beso a la desconocida, en seguida las cámaras que se posaban en ella buscaron al destinatario de aquel beso y ella ocupó esos segundos de despiste para salir de la vista de los humanos utilizando su velocidad.

En cuestión de segundos se encontraba parada tras la otra vampiresa, había atravesado la puerta (como hacen las señoritas), había subido las escaleras y luego había llegado hasta ella. Sin cuidados ni miramientos rodeó la cintura ajena con sus brazos y acercó sus labios al oído ajeno para poder susurrar.- Generalmente cuando alguien me invita a jugar me dice a qué. -La voz de Elizabeth era tan suave y tan delicada que casi la hacía parecer frágil y después de todo lo era, hace mucho que no se alimentaba como era divido, es más, hace mucho no se divertía como era debido.- ¿Quién eres? ¿Crees que puedes contarme? -Preguntó aún sin liberar a la dama de aquel abrazo.

Habilidad empleada:

Inimaginable era la respuesta que obtuvo de la mujer, ya que sabía que un humano no sería capaz de reaccionar de tal manera. La vampiresa esperó para ver el movimiento de la mujer, la cual le envió un beso a la distancia, y en cosa de segundos se trasladó a su lado, hechos suficientes para no dudar de la presencia sobrenatural en ella, pero... ¿qué era específicamente?, acaso sería otra vampiresa, un vástago quizás... o una neonata con aires de grandeza. Tal vez ni siquiera compartía rasgos como los de ella y se trataba de algo aún más poderoso o más oscuro.

Jeanne titubeaba en su mente, cuando sin darse cuenta se vio rodeada por las manos de esa mujer, también podía sentir como se acercaba lentamente hacia su oído, para terminar por por aquellas pretenciosas palabras. Jeanne estaba honrosamente atacada, impávida nunca, pero si un poco incómoda por aquella situación, entonces no lo dudó ni un segundo, tras un pequeño giro en dirección a su diestra, usando como eje su talón derecho, se escabulló de los brazos de la mujer, y caminando hacia la habitación con un desplante único, realizó el gesto técnico para que la siguiese, como cuál depredado busca ser cazado, presentándose como un cordero ora dicha cazadora natural, la cual se notaba en sus actos.

Jeanne no era estupida, sabía que debía actuar rápido, pero con cautela, era algo que había aprendido en sus días de humanidad, aquellos que le enseñaron que hasta un ratón puede vencer a un león si se lo propone, por lo cual sabía, que aunque esta mujer fuese más poderosa que ella, iba a encontrar la manera de salir victoriosa si las cosas se ponían difíciles.