Xavier [Asmodeo] - Demonio

Psicología

Un chico frío y serio que no expresa fácilmente  sus emociones y sentimientos, por lo mismo es alguien un tanto solitario ya que desde pequeño está acostumbrado a estar solo hasta la actualidad y aquello no le molestaba en absoluto. Nunca hizo amigos o algo parecido así que no tiene conocimiento alguno de eso, de pequeño su único amigo era aquel que en su imaginación lo incitaba a realizar algunas cosas, que para el y su amigo imaginario resultaban ser realmente satisfactorias y emocionantes.
Para Xavier no hay imposibles, siempre se las arregla para conseguir lo que quiera, sea una simple cosa o persona, el moverá mar y tierra para volver aquello de su propiedad. Se considera un tanto posesivo solo con aquellas personas que en verdad le interesan, de lo contrario ve a la gente como sus juguetes, los cuales puede botar en cualquier momento cuando se aburra. No le gusta estar rodeado de demasiada gente, aborrece esto y ser el centro de atención. Es alguien muy fácil de irritar, en especial le molestan aquellas personas que tienen el ego muy elevado o que hablan demasiado.
Siempre ha disfrutado de leer libros, ver arte, películas de cine, visitar museos, escuchar música clásica y todas aquellas cosas que dejan algo nuevo en el, todas esas actividades lo mantienen tranquilo y ocupado. Tiene gustos que a muchas personas les parecerían raros o de un enfermo mental, todo esto es gracias a la naturaleza del demonio, le gusta el fuego, verlo arder es algo que lo llena de satisfacción, también le gustan los objetos afilados, más de una vez a arrebatado vidas con un cuchillo y le resulta placentero la sensación de clavar un cuchillo más de una vez sobre alguien. Gracias a todo esto, muchas personas llegan a temerle, pero aquello en lugar de incomodarle, le gusta ya que lo mantiene alejado de personas que no le interesan en absoluto.

Historia

Xavier, hijo de padre americano y madre coreana, desde pequeño siempre fue un chico “raro” a la vista de cualquiera o al menos eso le decían a su madre ya que no solía jugar con sus compañeros de clase, incluso varias veces mandaron a llamar a su madre debido al su comportamiento tan retraído y asocial, llegando a pensar que sufría de algún maltrato. El único amigo de aquel pequeño fueron una voces que escuchaba en ocasiones con las cuales se divertía en las noches, él le había dado una forma a aquel ser el cual solo le había dicho su nombre, “Asmodeo”.

El demonio le gustaba divertirse de diferentes formas y unas de estas era jugar con las débiles mentes de los niños, muchos llegaban a volverse locos debido a eso, pero Xavier era diferente a la mayoría, a él solía visitarlo con mayor frecuencia ya que siempre tenía historia raras que contarle con las que el chico se sorprendía y eso le fascinaba al demonio, en ocasiones cuando lo visitaba los fines de semana, incitaba al niño a salir para jugar con él, su juego consistía en matar algunos insectos o algunas ratas. Ver la lealtad de aquel niño le hizo desearlo como contenedor, pero tenía que madurar un poco más, fue ahí cuando dejo de visitarlo para solo observarlo de cerca, viendo como este crecía y como su familia presuntamente “perfecta” comenzaba a desmoronarse.

La familia de Xavier pasó en pocos años de ser la familia perfecta a una casa de horrores. La empresa de su padre se había ido a la quiebra debido a acciones mal invertidas que acabaron con el patrimonio de la familia, aquello sumió en una gran depresión a aquel hombre, el cual paso de un imponente empresario a un alcohólico que maltrataba a su esposa e hijo. En sus borracheras aquel hombre siempre culpaba a su madre y el de su fracaso, de que su vida fue arruinada desde que Xavier llego a su vida. Su madre trataba de evitar que el joven Xavier escuchara esas cosas, pero eso no podía ser evitado. Conforme crecía aumentaba el odio de y desprecio hacia su padre, cada vez lo repudiaba más, cada vez toleraba menos sus golpes, cada vez se sentía más impotente por no poder ayudar a su madre. Del otro lado, Asmodeo disfrutaba aquella función, las cosas salían muy bien para él, si seguían así pronto tendría un nuevo contenedor.

Tras cumplir su mayoría de edad fue cuando la bomba explotó, Xavier ya no podía más, había estado esperando aquel tiempo para poder ser libre, para poder salir de ese pequeño infierno. Luego de su graduación del colegio él ya tenía todo listo, maleta y sus cosas de mayor valor para largarse de aquel lugar, pero se llevó una grata sorpresa al ver a su padre borracho en un sofá mientras su madre era abusada por varios hombres frente a sus ojos. La rabia aumento en el cuerpo de Xavier y fue ahí cuando Asmodeo volvió a hacer acto de presencia. –Deberías matarlos a todos.- Le decía a Xavier al cual apretaba sus puños con fuerza y contenía sus lágrimas. –Yo te puedo ayudar a cuidar a tú madre.- Decía el demonio mientras contemplaba aquella escena. –Solo debes decir que si y tus problemas serán resueltos.- El chico no lo pensó más, deseaba poder proteger a su madre y su impotencia solo lo dejaba ahí parado viendo como repugnantes hombres abusaban de lo único importante para él –Acepto.- susurro el joven para sí mismo y aquella voz que ya conocía. Una sonrisa muy amplia se formó en el demonio, ya podía poseer a aquel chico que llevaba observando años atrás y sin hacerse esperar así lo hizo, entro en el cuerpo del joven adueñándose por completo de él, dejando solo sus recuerdos y actitudes.
Los ojos de Xavier se tornaron negros al momento de que el demonio entro en él, rápidamente fue a la cocina para tomar uno de los cuchillos más grandes que había y corriendo se abalanzo primer hacia los hombre que estaban con su madre, clavando repetidas veces aquel filoso objeto sobres sus cuerpos. Asmodeo no podía describir la placentera sensación que eso dejo en él, su cuerpo bañado en sangre, blandir aquel cuchillo sobre ellos fue algo asombroso y quería más. Su mirada fue directamente al hombre que lo veía horrorizado en el sofá. –Es tú turno, padre.- Dijo antes de lanzarse contra aquel hombre acostándolo de inmediato en el sofá, pronto clavo aquel cuchillo sobre su pecho y un par de veces más en su torso terminando por clavarlo en su cráneo, en ese momento Asmodeo sintió que el alma de su contenedor era libre y descansaba. Su madre había logrado reprimir varios gritos, pero al ver lo que su hijo le había hecho a su esposo trato de salir corriendo mientras pedía ayuda, vaya error. El demonio pensaba dejarla a ella con vida, pero tras ver su reacción no le quedó otra que matarla también. A aquella mujer no le dio tiempo de salir de su casa cuando el demonio ya la había tomado en brazos, dio un largo suspiro y cerro sus ojos. –Lo siento mamá.- Fue lo último que dijo antes de clavar una sola vez el cuchillo sobre el pecho ajeno provocando que de inmediato aquella bondadosa mujer muriera. La cargo para llevarla hasta la cama dejándola descansar ahí. Fue a la habitación del chico y se cambió de ropa, tomo la maleta que este ya tenía lista y sus cosas para dejarlas afuera de la casa. Fue al garaje de donde saco un galón de gasolina la cual vacío alrededor de la casa y en su interior, prendió todas las llaves del gas y espero a que este llenara por completo el ambiente de la casa. Dio una última revisada al interior de esta antes de salir, encendió un fosforo al estar afuera y lo aventó a aquel lugar haciendo que pronto el fuego se extendiera por toda la casa, escucho como el tanque de gas explotaba junto con el auto del garaje y sin decir nada más se dio media vuelta y se fue de aquel lugar sin dejar rastro alguno.

______________  Tiempo después ___________________

Ya habían pasado varios años de aquel incidente, Asmodeo era dueño completo de aquel cuerpo, ya estaba más que adaptado a habitar en él, se había hecho de un nombre reconocido, era dueño de varias cadenas de bares, centros nocturnos y restaurantes de amplia calidad, muy pocas personas conocían su rostro, ya que siempre le gustaba mantenerse en anonimato ¿Por qué? Era demonio, a los demonios les gustaba hacer caos y no quería que su imagen se afectara por sus momentos de diversión. No le faltaba nada, tenía dinero, lujos, muchas cosas que cualquier humano desearía, en ocasiones donaba a la caridad para ser tomado como un ser bondadoso, aunque solo lo hacía para tener una imagen, no porque naciera mucho de él, es caballeroso y con modales, tras vivir varios años en el mundo humano Asmodeo había desarrollado eso, le gustaba y a su parecer ese tipo de personas tenían el éxito asegurado. Todo esto eran sueños de su contenedor que él había cumplido, le debía su existencia en el mundo humano, lo menos que podría hacer era cumplir aquello. La curiosidad del demonio era amplia, aun le faltaba mundo que recorrer y lugares que visitar, no desaprovecharía la oportunidad de visitar aquellos lugares, tenía una amplia vida que vivir y nada mejor que vivirla al extremo.

Otros

{♠} Gustos:
⋄ Beber
⋄ Fumar
⋄ Días lluviosos y nevados
⋄ Los animales
⋄ La velocidad

{♠} Disgustos:
⋄ Los climas demasiado calurosos
⋄ Todo tipo de insectos, menos las arañas
⋄ Personas que son demasiado tiernas e infantiles
⋄ Las personas demasiado religiosas
⋄ Gente con demasiado ego

{♠} Fobias:
⋄ Ninguna

{♠} Otros:
⋄ Sabe tocar el piano y el violín, pero muy pocas personas saben eso
⋄ Le gusta estudiar el comportamiento humano
⋄ Tiene algunos tatuajes en el pecho, espalda y brazos
⋄ Las mujeres son su mayor debilidad
⋄ Le gusta probar cosas nuevas, en especial si estas experiencias son de alto riesgo