Men, Demon or Pirate [Priv. Asmodeo]

La oscuridad volvía a abrazar al país de Nunca Jamás en una cálida noche para acompañar a la cazadora en una pequeña vuelta por aquél  maravilloso lugar, esa noche no había salido para patrullar, ese era un simple paseo para la menor que quería gozar de la compañía de ella misma como había hecho en muchas ocasiones. La cálida brisa arrastraba los familiares aromas de ese lugar, las bahías, las cuevas, las espesas selvas, todo aquello despeinaba suavemente el cabello de Robbin en un ligero viento, sus ligeros pies eran llevados por aquella misma corriente haciendo que llegara a un legendario lugar de Nunca Jamás.

El árbol del ahorcado era iluminado por completo por la luna, aquella sombra se proyectaba en dirección a la cazadora haciendo que se sintiera abrazada por ese lugar, sintiéndose bienvenida, sinténdose en casa. Aquél árbol había sido el lugar de entrenamiento de Robbin durante mucho tiempo, a la sombra de ese lugar había crecido una de sus habilidades enseñada por su padre, sus manos temblaban por el recuerdo, le entusiasmaba recordar a sus padres de esa manera, la hacía feliz.

Entonces tomó el florete de plata que cuando era pequeña había sido incapaz de levantar, pero que ahora se movía ligero como una extensión de su propio cuerpo. Se puso en guardia bajo la luna dando algunas estocadas al aire, girando, corriendo, brincando mientras rodeaba al árbol hasta que se cansó y quedó de pie desarmada frente al gran astro. Los entrenamientos no eran los únicos recuerdos que tenía de aquel lugar, había un recuerdo en particular que le llegaba a la memoria. Una canción, una melodía que solía cantar su madre mientras caminaba con ella de la mano. De manera casi inconsciente fue abriendo sus labios para dejar salir su voz en una suave tonada:

Ir a buscar portales se había vuelto un pasatiempo para Asmodeo ¿Por qué? No lo sabia o quizás si, simplemente le gustaba la idea de llegar a conocer lugares más allá que los que conocía en el mundo humano. Agregándole a eso que encontrar aquellos portales era para el trabajo sencillo, tan solo buscar un lugar donde la energía fuera tan negativa como la que llegaba a irradiar y listo.

Así que ese día después de un día agotador en su oficina, quería un lugar pacifico para poder descansar, pero su casa no era la primera opción. Ya tenia localizados algunos lugares con mayor criminalidad en su país, por lo que tomo su auto y fue a uno de estos, dejo su vehículo unas cuadras antes de llegar a un lugar un tanto solitario, salio de este para emprender su caminata en la busca de algún portal. Solo un par de minutos caminando bastaron antes de que encontrará uno, no iba a negar que esto causo felicidad en el, no tardo en adentrarse a este, llegando de inmediato a un nuevo lugar.

Al llegar observo atento aquel nuevo lugar, no era el mismo al que había ido la ocasión pasada, este era diferente, pero hermoso y tranquilo. Lo que más llama su atención fue un gran árbol que se encontraba cerca de el, en cuanto lo vio supo que seria el lugar perfecto para descansar. Se encamino hasta este y conforme se acercaba podía escuchar una dulce melodía cantada por una voz que a sus oídos era demasiado hermosa, transmitía un sentimiento de paz y tranquilidad. Tan pronto como llego al árbol vio a aquella chica, en aquel momento fijo su vista por completo en ella, la luz de la luna reflejaba muy bien aquella blanca piel, era pequeña de tamaño y muy bella. Se acerco con lentitud a ella para no asustarla y se mantuvo inmóvil, solo observándola y escuchando con atención aquella bella canción. Espero a que terminara y aplaudió de una forma muy sutil mientras una leve sonrisa se formo en sus labios. —Espero no incomodarte, te escuche cantar y esto llamo mi atención.— Dijo manteniendo aquella sutil sonrisa en su rostro —Por cierto, cantas muy hermoso.— Esperaba que la chica no actuara a la defensiva pues en ese momento el demonio no tenia intenciones de hacer algo malo, ni menos de hacerle daño, solo quería disfrutar de aquel nuevo lugar y ahora de la compañía de aquella chica.

Los sentidos de la cazadora se pusieron alerta al escuchar una voz detrás de ella, alzó la guardia como hacía un momento y apuntó su delgado sable a la criatura que se encontraba entre las sombras. La bendita luna le dejaba ver lo suficiente de su acosador que desprendía una energía negativa que hacía estremecer sus sentidos desde lo más profundo, no se veía como nadie que de los habitantes de Nunca Jamás, su ropa, su porte y su rostro eran de una criatura ajena a su hogar y lo sabía bien. Apuntando con su arma y entrecerrando los ojos,  dio un paso hacía el intruso. —No incomodas, pero tampoco eres bienvenido. — La hostilidad en su voz era notoria, no tartamudeo, sabía que era peligroso pero no atacaría por seguir las lecciones de su padre. —No habitas aquí, no te haré nada si te marchas en este momento.— Su postura era firme, su padre y la agrupación le habían hablado de esos seres y no permitiría que pasara algo que dañara su hogar.

La cazadora afilaba la mirada hacia el hombre, ciertamente era atractivo, diferente, pero el que llamará su atención de esa forma sólo la hacia desconfiar más. —Se lo que eres, pero preferiría que confirmaras tu naturaleza. — Le indicó casi como una orden. Robbin carecía de control, incluso de sensatez en algunas ocasiones, pero el instinto nunca le fallaba y confiaba en que eso le diera algunos puntos a su favor al desconfiar de ese intruso/acosador que tenía frente a ella.

Por alguna razón se esperaba esa reacción de la chica, no la culparía ya que había llegado de una manera no muy común, suponía que en aquel "mundo" no se era muy común ese tipo de compañía tan repentina, mejor dicho en ninguno por lo que al ver como lo "amenazaba" con su arma el demonio no hizo nada, no se asusto, no se puso a la defensiva, simplemente le sonrió muy entras mantenía su mirada fija a la pequeña chica frente a el. —Vaya, no pensaba que me fueran a recibir  así, pero agradezco su calida bienvenida— Dijo mientras se acercaba a la mas baja, no le temía a su arma ni mucho menos a que lo fuera atacar, el se las podría ingeniar para salir de esa situación. —Tienes razón, no soy de aquí, pero no creo que eso sea motivo suficiente para que me apuntes con eso.— Llevo uno de sus dedos al filo de aquel sable comprobando lo filoso que este era.

Al escucharle decir que sabia lo que era el demonio solo enarco una de sus cejas, su curiosidad aumento solo con esas simples palabras, mientras algunas preguntas comenzaban a pasar por su mente ¿En verdad sabia lo que era? ¿O solo quería que el se identificará? No pensaba decir su naturaleza tan fácilmente, no era de ese tipo de personas. —¿A sí? Pues... soy un humano, por lo que se, vengo del mundo donde no se ven este tipo de paisajes tan bellos y donde las personas no te apuntan con su arma al ver a alguien desconocido.— Si ella en verdad sabia su naturaleza insistiría en quien era él, pero el también quería saber que tipo de persona era ella. En los años que llevaba en el mundo de los humanos, ninguno de estos le había dicho algo parecido, por lo mismo su curiosidad hacia a aquella pequeña chica había aumentado, el también quería saber que era ella y el porque sabia o podía identificarle.

Robbin no retrocedió ante la cercanía del intruso, alzó el acero un poco más y avanzó  hasta quedar a un par de pasos de él. —Pues así saludo yo a los problemáticos, te puedes acostumbrar. — Le dijo sonriendo de lado con confianza en sus palabras. —Tengo un buen motivo para no bajar la guardia con los de tu especie, te estoy dando el beneficio de la duda y por eso mi espada está fuera de tu cuerpo. — Su papel estaba claro y bien tomado, no dejaría que ningún demonio causará problemas en su hogar, y si lo hacía, no saldría limpio.

Conocía a los infernales por libros, estudios, historias y en ninguna de ellas hablaba sobre buenas costumbres, en ellas, sus actos eran egoístas y catastróficos guiados únicamente por las ganas de divertir de esos seres tan extraños. Sabía también de algunas de sus habilidades, lo poderosos que podían ser y por eso seguía guardia arriba con el atractivo joven.

La menor tenia su mirada fija clavada en la del hombre, le rondaba la curiosidad de aquél ser, se veía como cualquier humano, pero no lo era y nunca lo sería. —No me hagas reír, demonio, puedo sentir tus malas vibras desde hace un momento, no puedes engañarme. — Le dijo soltando una carcajada. —Son maestros del engaño, pero a mi no me puedes venir con esas, no puedes engañarme. — Le guiñó volviendo a tomar una postura mas juguetona con una sonrisa. La cazadora podía divertirse con aquél sobrenatural un rato, si pensaba engañala o no, no lo sabía, pero tampoco funcionaría gracias a sus habilidades. —Puedes ir a hacer tus travesuras a otro lado... "Diablito".— Se bufo para molestarle.

No podía ocultar su sonrisa ante cada palabra de la chica, parecía que se tomaba su papel enserio. Al tenerla mas cerca hizo lo mismo aproximándose lo mas que le permitía aquel sable, podía sentir la punta de esta ya casi perforarle pero eso poco le importaba. —Ire tomando nota de tú bienvenida por si algún día tú o alguien de por aquí va a mi mundo recibirles de la misma manera — Le causaban gracias sus palabras, una más que la anterior. Con uno de sus dedos dirigió el filo del sable a su garganta mientras veía a la chica. —Puedes matarme si gustas, solo acabarias con la vida de mi contenedor, yo podría volver con un cuerpo diferente, así que no te preocupes por el matarme.— En realidad no deseaba eso, ya se había acoplado a la perfección al cuerpo de Xavier, era idóneo para el, pero le gustaba retar a las personas y aquella pequeña chica le daba la oportunidad de hacerlo.

A veces aborrecía los escritos que había sobre ellos, siempre los pintaban de una forma tan aburrida, para ellos lo que hacían era diversión pura, así como para los humanos era divertido salir a beber, para ellos también les resultaba divertido ver a las personas caer antes sus peores y más oscuros secretos, ellos solo les daban el valor para que realizaran esas acciones. Era sacar todo aquello que las personas escondían y en parte ellos hacer una que otra catástrofe aunque para Asmodeo no todo giraba entorno a eso.

La chica en verdad le resultaba muy cómica, cada comentario que hacia no lo podía tomar enserio, aunque Asmodeo muy pocas cosas las tomaba de esa forma. Sus últimos comentarios hicieron que el demonio soltara una fuerte carcajada mientras negaba. —Vaya, no pensé que mis "malas vibras" fueran percibidas por alguien, tal vez tengo que trabajar más mi modo ninja para que chicas lindas con tú no me apunten con lo primero que tengan en la mano.— Su mirada se encontraba fija en todo momento a la cazadora. —No te estoy engañando, soy un humano, mi naturaleza es diferente a los demás, pero por fuera sigo siendo un simple humano ¿No ves?— Relamio sus labios antes de continuar. —Oh... Y lamento decirte que este "diablito" no viene a hacer travesuras, sólo vine por casualidad y para relajarme un rato, si quisiera hacer caos creeme que no seguiría aquí si no en un lugar donde los gritos de la gente sean audibles para todos.— Se encogió de hombros al decir eso, la chica sabia lo que el era y no podía ocultarlo, así era el, no pensaba detenerse al hablar, al fin de cuenta todos tenían ideas y perspectivas de lo que era un demonio y lo que estos podían llegar a hacer.

¿Y éste qué  se creía? ¿Hablaba en serio? La menor alejó su espada de la garganta del demonio y la guardó en su funda del cinturón, el demonio no se andaba con cuidado y eso la molestaba. —No pareces estarme tomando en serio. — Le reclamó cruzando sus brazos a la par que comenzaba a rodear al mayor a paso tranquilo, acechando al demonio como si ella fuera más peligrosa que él.

Los actos imprudentes de Robbin guiaban gran parte de lo que hacía, le traía problemas, pero nada de eso le importaba. —Diablillo, te lo voy a repetir, largo de aquí. — Hablaba por lls hechos, si no se iba de aquél lugar, la cazadora atacaría sin ninguna duda. Había guardado a Glamdrir, pero no por eso estaba desarmada, llevaba el pequeño revolver de su madre y los puños bien en alto para defenderse a ella y a su hogar y le costaría caro.

La menor escuchó con una sonrisa todo lo que el infernal decía, todo le causaba gracia, no era más que un diablo queriendo jugar al chico malo en un lindo y atractivo contenedor, pero aún así, había ciertas cosas que no se le podían decir a la cazadora, por ello, al escuchar que la llamaba "linda" algo se alteró  denteo de ella poniéndola nerviosa, haciendo que se pusiera alerta y sin pensar y con toda su fuerza, soltó un golpe con el puño cerrado hacia el estómago del mayor, sorprendiendose a ella misma por haber reaccionado de esa manera,  sonrojada por el hecho de haber sido atractiva a los ojos de alguien.

PV:30/30
PH:10/10

Automático:

ataque:

El miembro 'Robbin Petters' ha efectuado la acción siguiente: Golpe

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'Golpe' :

Al parecer la pequeña chica se había percatado de lo poco enserio que había estado tomando sus palabras hasta el momento. Pero es que en verdad le era imposible tomar con seriedad sus palabras, la sentía como una pequeño gatito queriendo intimidar a un perro, sin duda algo demasiado tierno. —Lamento ser tan obvio, hay veces en la que no puedo ocultar lo que siento o pienso y este es uno de esos, en verdad es muy cómico todo lo que dices.— Poco le importaba ya el hacerla molestar, se haría cargo de sus actos, siempre lo hacía.

Rodó los ojos al escucharle decir por segunda vez la palabra "Diablito" tal vez ella creía que era divertido, la primera vez si lo fue, al menos para el, pero ya la segunda era como un chiste barato del cual sacar provecho. —Por el momento no pienso irme.— Se encogió de hombros y observo con mirada retadora a la chica. Esperaba hacerla enojar más o que esta simplemente lo dejara solo, lo que pasara primero, en verdad el solo quería disfrutar lo que quedaba de su día en un lugar tranquilo y su paz se vio interrumpida por aquella niña que tenia grandes aires de rudeza de la cual escaseaba, no lograba intimidarlo en absoluto, así tuviera mil y un armas Asmodeo no iba a rebajarse ante ella.

La chica era muy obvia, el demonio podía predecir como sus grados de enojo aumentaban de la nada, esto lo mantenía en alerta. Estaba a punto de darse la vuelta y dejar aquel pequeño ser lleno de ira sola en aquel lugar, pero fue justo cuando la vio aproximarse de manera no muy común hacia el, eso fue lo que le hizo poner con rapidez uno de sus brazos sobre su abdomen para amortiguar el daño con el que este iba dirigido. Tomo aire para recuperarse mientras sonreía, su noche había tomado otro rumbo. —Vaya, tienes más fuerza de la que pensé, linda.— Las cosas no se iban a quedar así, poco le importaba que fuera una chica, si fuera solo Xavier nunca la hubiera tocado, pero el era Asmodeo y quería hacerla pagar por aquel golpe. Se reincorporo de aquel golpe tomando un poco de disrancia y sin previo aviso lanzo una patada justo en el centro del abdomen de la chica, el golpe fue lo suficientemente fuerte como para lograr sacarle el aire o al menos eso esperaba, tal vez aquella chica tenia varios As bajo la manga.

Puntos de Vida: 27/30
Puntos de habilidad: 30/30
Ronda: 1

Defensa:

Neutro:

Ataque:

El miembro 'Asmodeo [Xavier]' ha efectuado la acción siguiente: Golpe

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'Golpe' :

—Si me subestimas te va a salir caro, demonio, yo no me ando con jueguitos. — Le dijo dedicándole una sonrisa y volviendo a tomar su postura alerta. La cazadora era joven, pequeña, inexperta, pero eso no la hacía menos peligrosa, a final de cuentas había entrenado en la academia desde los 13 años y bien que mal le servía de algo.

La menor siguió mirando al demonio, sabía que sus actos no podrían quedarse sin algún tipo de respuesta, pero no le tenía miedo, cualquier hueso roto se cura al final ¿No es así? Por lo menos eso era algo que le gustaba pensar. Sus reflejos y su velocidad le jugaban mucho a su favor, por lo que bastó poner fuerza suficiente para aminorar el golpe con los brazos para que esto fuera un simple roce doloroso para ella.

Robbin no tardó en reponerse y continuar cazando la mirada del mayor para ver hasta donde podía llevarlo para lograr que se molestara. —Cuéntame algo, yo me imaginaba a los demonios de los libros como viejitos con barba de chivo. — Se burló con una enorme sonrisa, a ella le parecía demasiado simpático que encontraran cuerpos tan atractivos para meterse dentro de ellos. —¿Donde está tu barba de chivo y tus cuernos, anciano?— Sus palabras y burlas eran las de una niña, jugaba con él, claro que lo hacía y se estaba divirtiendo, tal vez de ello podría sacar más información sobre aquella raza, tal vez. —Será mejor que te cubras la cara, ese contenedor tuyo es bastante atractivo. — Le sonrió intentando coquetear antes de desaparecer en silencio de su vista y atacarlo desde otro punto con toda la intención de hacerle daño.



PV:30/30
PH:10/10

Ronda 2.

Neutro:

Ataque:

Defensa:

El miembro 'Robbin Petters' ha efectuado la acción siguiente: Golpe

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'Golpe' :

Se encogió de hombros al escucharle mientras hacía un gesto de indiferencia, no la subestimaba en absoluto, ya había comprobado la fuerza que aquella chica tenia y de lo que podría ser capaz. Pero él no se quedaría tampoco de brazos cruzados, algo le gustaba a Asmodeo era el tener una noche entretenida, aunque prefería el sexo que una pelea, pero por esta ocasión haría una pequeña diferencia. Era la primer “victima” a la que no podía acabar con rapidez, por lo mismo sospechaba que una chica normal no era, a pesar de su apariencia de niña buena e indefensa no lo era en absoluto y eso le gustaba, por eso seguía ahí, de lo contrario estaría de regreso en su casa bebiendo una copa de vino.

Tal parecía que su ataque no había sido nada contra la chica, al menos no como el esperaba, pero las cosas apenas comenzaban y la noche era demasiado joven aun.  Al escucharle hablar rodo los ojos ¿En verdad creía que con sus chistes baratos lograría molestarlo? Asmodeo ya había escuchado suficientes chistes e historias en su vida que aquella simples palabras no fueron nada para el, eran chistes malos y de muy mal gusto, pero que podría hacer, se enfrentaba con una chiquilla que no parecía saber lo suficiente de los de su raza. En esos momentos solo cayo, esperaba otro ataque por parte de la menor, pero se le hizo un poco raro el no poder escucharla o percibirla, aquello lo puso más en alerta, no se dejaría atacar tan fácilmente por lo que de un momento para otro se fundió entre las sombras desapareciendo por un momento antes de aparecer de nuevo detrás de aquel árbol que era testigo de aquella pelea, se recargo contra este viendo el potente ataque al aire que daba la chica. —Vaya, en verdad me odias y eso que acabamos de conocernos.— Dijo en un tono de burla mientras salía detrás del árbol.

Esta vez Asmodeo no se iba a andar con pequeñeces, sus ojos se tornaron color negro mientras fijaba su mirada en la chica, junto la suficiente energía para hacer que una gran piedra se levantara dos metros del suelo, hizo un leve movimiento con su cabeza haciendo que esta fuera contra el cuerpo de la cazadora, llevaba el vuelo suficiente esperando lograr aturdirla, tirarla al suelo o algo por el estilo.

Puntos de Vida: 27/30
Puntos de habilidad: 25/30
Ronda: 2

Defensa:

Habilidad :

El miembro 'Asmodeo [Xavier]' ha efectuado la acción siguiente: Golpe

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'Golpe' :

Su golpe era certero, fuerte, por completo seguro. Por lo menos eso fue lo que pensó la cazadora antes de abanicar en el aire sus puños. —¿Pero qué...?— Aquél golpe había ido con suficiente fuerza,  tanto que al no impactar con nada la menor perdió el equilibrio cayendo de rodillas sobre el duro suelo de piedra. Había fallado, el demonio había desaparecido de su vista por completo haciéndola mirar en todas direcciones para buscarle. —¿A caso me tienes miedo?¿Es por eso que te ocultas? ¡Sal de donde estés, demonio! — Le gritó a todo pulmón desde el suelo llevando una de sus manos a la empuñadura de su espada. No usaba a Glamdrir para cualquier cosa, sabía que en esta pelea le sería útil, pero eso también le asustaba ¿Qué tan temerosa estaba de este ser? Sólo ella lo sabría, no dejaría que el demonio se diera cuenta, sólo ella sería consiente de lo rápido que había hecho latir su corazón con ese movimiento.

La menor se incorporó desenfundando su pequeña aguja, segura, lista para poder atacar y haciendo sentir su cuerpo un poco más liviano. —Dejemos de jugar, es tarde y mi hora de ir a dormir se ve interrumpida por tu culpa. — Bromeó para ella misma, últimamente no había dormido ni quería hacerlo, pero no quitaba el hecho de que estar ahí en una pelea le causaba cierto grado de estrés, más aún al ser una raza fuera de sus conocimientos como lo era este joven.

Su mirada volvió a encontrarse con él, relajado y recargado sobre un árbol. —Creo que te he dejado relajarte mucho, tal vez deba de dejar de jugar. — Le dijo apuntándole con el filo de su acero, estaba lista,  su cuerpo era ligero con el arma de su padre empuñada entre sus pequeñas manos, la tranquilizaba, así pudo ver a la perfección la roca que se dirigía a ella sin suficiente fuerza para golpearla con severidad,  una simple patada le bastó para desviarla y con una sonrisa mientras alzaba su espada, corrió hacia él para poder cortar su piel a la altura del pecho.

PV:30/30
PH:10/10

Neutro:

Ataque:

Defensa:

El miembro 'Robbin Petters' ha efectuado la acción siguiente: Golpe

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'Golpe' :

No iba a negar que la menor se veía demasiado graciosa al momento de que su ataque fue directo al aire y en especial verla gritarle aquellas palabras, aquella pequeña chica tenia muchas cosas guardadas dentro de ella, era una pequeña fiera y eso hizo despertar el interés en ella más allá de una chica con la cual poder pelear. —No pequeña lindura, no te tengo miedo.— dijo al notar la mirada ajena sobre él, en esos momentos sentía una ligera desventaja pues ella portaba con armas y el no, pero no se iba a quejar.

Reviso su reloj comprobando la hora, pasaban de media noche. —Ya veo, las pequeñas niñas como tú deben estar a las diez en la cama, deberías irte ya, no te vayan a castigar tus padres por andar tan de noche atacando desconocidos.— Mientras hablaba la mente del demonio buscaba la manera de poder lograr llevarse de alguna manera a la chica, no pensaba obsesionarla, luego a las chicas que les hacia eso eran un verdadero dolor de cabeza y tenia que terminar matándolas y Asmodeo no quería eso con aquella niña.

Al ver como lograba esquivar la roca no le tomo por sorpresa, al contrario su sorpresa fue al verla correr hacia él con aquella pequeña arma en mano, el demonio como pudo aumento su velocidad para evadir parte del ataque, logrando que el filo de aquella arma lograra apenas desgarrar parte de su ropa y un poco de su piel. —Era mi traje favorito.— Dijo al ver la gran cortadura que había hecho en su ropa la cual era acompañada por una sutil marca de sangre, se encogió de hombros antes de comenzar a despojarse de aquellas prendas que ya no le servían quedando con el torso completamente desnudo. —Muy bien hermosa, se termino el juego.— Dicho esto el demonio comenzó a jugar un poco con la mente de la chica, buscando inducirle un ataque epiléptico, su objetivo era dejarla en un estado en el cual el demonio pudiera llevarla sin problema alguno hasta su casa.


Puntos de Vida: 24 (27-7=20, + 2 por defensa con habilidad y + 2 por Binus = 24)
Puntos de habilidad: 22
Ronda: 3

Defensa:

Habilidad:

Neutro:

El miembro 'Asmodeo [Xavier]' ha efectuado la acción siguiente: Golpe

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'Golpe' :

Glamdrir no le había fallado, la espada se hundió un poco en la piel del infernal y la cazadora pudo sonreír satisfecha ante aquello, limpió la sangre de su espada en su pantalón y lo miró sonriente. —Una lástima, hubiera preferido cortarte en dos a ti en lugar de sólo tu ropa. — Le bromeó apuntando su espada al suelo. —¿Ya me tienes miedo?— Le pregunto medio en serio, medio en broma, hacía mucho que no peleaba con alguien y sólo lo había hecho con cazadores, nunca tan en serio con un sobrenatural y jamás contra un demonio.

La menor se quedó mirando al demonio, lo miraba con curiosidad, se veía tan humano... ¿De verdad era un demonio? ¿Todo eso era sólo apariencia?  Se negaba a creerlo, era imposible que fuera tan humano. La menor se perdió en sus pensamientos dirigiendo una mirada severa al demonio mientras él... ¿Qué estaba haciendo? Le tomó poco más de tres segundos reaccionar ¡Se estaba demandando! ¡Frente a ella! La cazadora soltó la espada y se llevó las manos a los ojos para cubrirlos, a pesar de los entrenamientos, de la vida que tuvo en Flor de Lis, nunca vio a un hombre desnudo, todos usaban camisa, nadie se quitaba la ropa. —¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?! — La voz de la menor era un chillido agudo, seguía siendo una niña, había visto a otras chicas desnudas, dormía de ese modo con Ran pero ver a un hombre así era distinto. Robbin bajó la guardia por completo, el rubor le subió al rostro y se giró para no mirarlo. —¡P-PONTE LA ROPA! ¡CUBRETE!

La suerte no estaba de su lado, por más que intentara dar una buena pelea parecía que todo estaba en su contra. Ahora tenia que seguir soportando aquellos chistes de mal gusto. Sin duda era un pequeña niña en cuerpo de una señorita, sus intentos de molestarlo cada vez eran peores, pero no le molestaba recibirlos, al contrario, era una excusa para seguir mofándose de ella y su pésimo sentido del humor.

Tras quitar sus prendas pufo escuchar aquella aguda voz, era como un pitido para el, su gesto cambio por uno de confusión y desagrado, pero no negaría que era divertido ver su reacción. —Toda una niña.— Dijo más para el mismo a tiempo que se acercaba a ella sigilosamente. Se acerco lo suficiente para que entre sus cuerpos hubiera una escasa distancia. Una vez así se acerco para susurrarle al oído. —No me puedo cubrir, cierta chica desgarro mi ropa y esta ya no sirve, por lo mismo prefiero andar así.— Su calido aliento chocaba contra la blanca piel de la chica, podía percibir a esa distancia su dulce aroma, era una fragancia hipnótica, casi perfecta. También podía ver lo pequeño que era su cuerpo a comparación suya, se veía tan frágil pero el sabia que no lo era, paso apenas sus dedos sobre los brazos de la chica en un suave roce antes de separar un poco de ella, tal parecía que ya no lo iba a atacar, ahora podía emplear de manera directa la obsesión en ella.

Rodeo el cuerpo de la menor a manera lenta mientras la observaba, se detuvo frente a ella y la tomo de la barbilla para levantarle la mirada y así poder verla mejor. Una sonrisa ladina se formo en sus labios ¿Cómo una chica tan hermosa podía ser tan ruda? O al menos intento de ser lo. Al tener su mirada fija en la más baja comenzó a trabajar en ella, haciendo que creciera en ella la curiosidad por el, una curiosidad donde ella aceptaria o propondría ir a la casa del demonio con tal de saber más de él. Habría podido usar de manera directa eso en ella y hacer que se enamorara de el, pero a veces aburría obtener las cosas de manera fácil. Una simple curiosidad era suficiente para comenzar las cosas con la menor.  

Permiso de Robbin para usar "Obsessio" de manera narrativa.

La cazadora no tardó en sentir aquella cercanía que la tensó por completo, si cuerpo pareció quedarse helado sintiendo al demonio a esa distancia, sus mejillas enrojecieron y el resto de sus sentido parecieron despertar de una manera en los que nunca lo habían hecho. El calor que emanaba el cuerpo del demonio la atravezó por completo haciendo que se sintiera frágil y pequeña,  sus dedos la acariciaron dejando una estela en llamas mientras el aroma del demonio inundaba sus sentidos junto con aquella gruesa voz. No había sensación alguna con la cual la pudiera comparar, nunca había sentido algo de esa manera,  y no era que nunca hubiera sido tocada.  En los entrenamientos siempre chocaban cuerpos contra ella, muchas veces mas grandes y pesados, pero siempre de manera brusca,  incluso era distinto al delicado toque de las caricias inocentes de Ran.

La cazadora se aletargo por completo, se perdió llenando sus sentidos con los gestos del infernal que parecía hacer despertar algo en ella, aún cuando se alejó para rodearla seguía sintiendo aquella estela de fuego sobre su piel que los dígitos del mayor habían causado. ¿Qué era diferente? ¿Que la hacia reaccionar así? La menor no dejaba de darle vueltas tan rápido como su mente podía , pero tan inocente como lo era.

Algo la trajo de vuelta a la realidad, el demonio la tomó del rostro para hacerla mirar, sus ojos se plantaron en los ajenos para perderse. Aquellos ojos la dejaron anonadada por completo, la oscuridad que había en ellos no le resultaba fría, mas bien era ese tipo de oscuridad que te envuelve y te arrastra a ella por completo para abrazarte. La cazadora había escuchado de sus padres que los ojos eran la ventana del alma ¿Así sería el alma del demonio? ¿Así de cálida como se sentía la oscuridad en sus ojos? No dudó en que ese demonio tuviera un alma, sus ojos Bo estaban vacíos, se veían llenos de algo que la cazadora no podía ver por completo, algo que quería descubrir. Sus dudas y su curiosidad se alimentaban mientras sus ojos devoraban a los del mayor con hambre de descubrir lo que estos ocultaban, quería saber qué pasaba mas allá de los libros y de las cosas de lo que hablaban los cazadores, algo más de lo que la gente sabía, tan absorta en eso que no pudo notar cuando se acercó al demonio involuntariamente, mucho menos para notar cómo alzaba su mano para acariciar la mejilla del infernal de la manera más delicada que su corazón le permitió en ese momento.

Se sintió satisfecho al no obtener respuesta negativa ante su cercanía, al parecer su habilidad daba frutos pues la chica se encontraba perdido en el, sus miradas se mantenían fijas, Asmodeo no supo que pasaba a su alrededor, solo estaba centrado en aquella pequeña chica que yacía entre sus brazos. ¿Estaría efectuando ella al igual que el una habilidad? No lo sabia, pero poco a poco comenzaba a sentir mas atracción hacia ella. Tal vez era lo inocente que parecía, la pureza que emanaba, su belleza, su manera de confrontarlo, no lo sabia y no se iba a poner a buscarle una respuesta a eso, simplemente se dejo llevar por el momento.

Había pasado cierto tiempo desde que Asmodeo se había fijado más allá del físico en alguien y eso había sido con Furfur, ahora le estaba pasando lo mismo, quería, no, debía saber más de aquella chica, su nombre, su historia, todo y no iba a desaprovechar ninguna oportunidad, no importaban los métodos que fuera a utilizar, era un demonio y nada le impedía el poder utilizar todos los métodos que estaban a su alcance para obtener lo que deseaba y en esos momento lo único que deseaba era a aquella chica.

Acorto más la cercanía entre ambos al sentir aquellas caricias, con estas solo logro llevarlo a un estaño de relajación, si toque era suave, sutil, perfecto. Pero el quería un poco más, por lo que aprovechando que aun acariciaba su barbilla se acerco mas a ella, manteniendo fija su mirada en todo momento, el brillo que irradiaban los ojos de la menor era única, tenían un destello que jamas había visto, incluso hipnótico. Relamio sus labios al estar a escasos milímetros de los ajenos y sin pedir permiso o avisar unió estos en un suave beso. Incluso el toque de estos era suave, dulce, tal y como lo había imaginado.

Sus dedos tuvieron una extraña sensación al tocar la piel del mayor, parecía que sus sentidos se adormecian al estar cerca de él ¿De verdad lo estaba tocando? Se sentía como algo por completo diferente para la cazadora, algo que en su vida había experimentado, no podía compararse ni con la primera vez que tomó a Glamdrir para una batalla, simplemente no podía haber comparación. Había leído sobre esto muchas veces y había crecido viendo a sus padres tocarse de ésta manera, en todas esas veces podía ver en ellos algo brillante que los rodeaba ¿Eso mismo se vería en ellos?

Los ojos de la cazadora comenzaron a vagar junto con sus dedos por el rostro del mayor hasta sus labios sin percatarse para nada que ese lar se acercaba a los propios peligrosamente. La menor contuvo la respiración al tenerlo lo suficientemente cerca para escuchar latir el corazón del demonio, porque eso era ¿no? Tal vez era su propio corazón latiendo tan rápido y tan fuerte que hasta el infernal podría escucharlo.

Aquella cercanía le daba curiosidad ¿Qué hacía tan cerca? ¿A caso iba a...? No. La menor borró toda idea sobre aquél contacto en una milésima de segundo, la misma milésima de segundo que le tomó al demonio contradecir todo pensamiento de la cazadora con un simple roce de labios. No se movió, no pudo, tampoco podía respirar, cerró sus ojos cin fuerza y en un suspiro aceptó el beso del infernal. Sus labios se movieron torpes sobre los ajenos siendo un beso demasiado rápido, demasiado húmedo gracias a la inexperiencia de la joven, esa inexperiencia que la hacia vulnerable a ese tipo de sensaciones y la hacían presa fácil ante el mayor.

El beso terminó cuando el aire de Robbin se agotó, se separó con la respiración agitada y sus pequeñas manos hechas puños por la tensión, sus ojos se fijaron en los ajenos y justo en ese momento se dio cuenta de que si ahí mismo el demonio le pedía que lo siguiera, o incluso se la llevaba sin preguntar, se iría con él. El arma de doble filo que había provocado el demonio había dado resultado,  la única duda era ¿A quién haría más  daño?

Todo iba de acuerdo a su plan, la chica parecía embalada y dispuesta a cualquier cosa que el demonio quisiera hacer con ella y por supuesto Asmodeo no perdería la oportunidad. No iba a negar que cada caricia lo volvía un tanto vulnerable ante ella, más no lo demostraba. Le gustaba el sentir aquellas pequeñas y suaves manos sobre su rostro, aquellas que segundos antes blandían una espada frente a el. Quizás la valentía de la chica fue la que lo llevo a hacer lo que pensaba hacer, de lo contrario su objetivo hubiera sido acabar en ese mismo instante con la vida de la chica.

Algo creció dentro de el una vez que sus labios hacían su trabajo sobre los ajenos. Tal vez la inexperiencia obvia de la chica o aquel fuerte palpitar que inundaba por completo los sentidos del demonio, todo en ella comenzaba a maravillarle, era tan pura, tan inocente, vaya error que había cometido al fijarse en un demonio como el, pero... ¿El estaría dispuesto a abandonar algunas cosas por ella? Negó ante los pensamientos de su cabeza, apenas acababa de conocerla, no podía pensar en pasar cosas así con ella, se había cerrado a ese tipo de sentimientos desde que acabo con la vida de Cotton.

Poco a poco se fue separando del beso, no sin antes tomar entre sus dientes el labio inferior de la menor para jalar de este un poco antes de separarse por completo. Le sonrió con sutileza a la chica mientras acariciaba sus mejillas y barbilla, era realmente hermosa. Sin vagar mas en sus pensamientos Asmodeo cargo aquel pequeño cuerpo entre sus brazos, no iba a preguntar nada, sabia que la respuesta seria obvia así que se ahorraría las palabras. Comenzó a caminar con la chica en brazos y volvió a besarla para distraerla un poco de lo que haría a continuación. De un momento a otro el demonio se teletransporto a su casa. No sabia si lo que hacia estaba bien, pero quería arriesgarse un poco con ella, no importaba si las cosas salían mal, nunca se arrepentía de aquellas acciones, por ahora y los días que ella estuviera con el, solo se iba centrar en ella, en conocerla más a fondo, de volverla completamente suya.

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